La estatal empresa Petróleos Paraguayos SA (Petropar) anunció por boca de su flamante titular, Denis Lichi, que en la semana entrante bajarán los precios de los combustibles expedidos a los consumidores del país.

La buena nueva se produce después de varios meses de bajas sostenidas e históricas del precio del petróleo a nivel internacional, y de desencadenarse escándalos sucesivos durante la gestión de la anterior presidenta, Patricia Samudio, señalada de derrochar los recursos de la institución y, más últimamente, de inflar descaradamente precios de insumos sanitarios contra el coronavirus destinados al personal.

Samudio se ha resistido en todo momento a bajar los precios de combustibles, hasta su impetuosa salida por la parte trasera de Petropar, con el argumento de que el mercado local contaba con exceso de stock por la falta de expendio, evidenciado por la circulación limitada de todo tipo de vehículos por el territorio nacional.

Lichi informó que el pedido de reducción de precios provino del presidente Marito, y expresó que la petrolera deberá apelar a una reingeniería financiera para poder llevar a la práctica el anuncio.

“Dejaron pasar todo el tiempo posible hasta llenarse de dinero proveniente de la diferencia abismal entre la cotización internacional y el precio interno, antes de que se decidieran trasladar el beneficio al consumidor”, dijo en la red social el ciudadano Marcelo Acosta.

“Y encima hay emblemas que se niegan a bajar los precios, con la excusa de que no es el momento porque el transporte está en problemas, que esto y que aquello, pero a la hora de alzar los precios con la fluctuación para arriba del crudo no demoran más de un día, respaldados por políticos instalados en el circuito de poder”, opinó Alvaro Garay.

El nuevo presidente de Petropar dijo que aún no cuenta con datos sobre índices de reducción de precios y que se encuentran “analizando el caso”.

Estas expresiones también motivaron reprimendas en cadena en las redes sociales, que coinciden en cuestionar las idas y vueltas que da el Estado a la hora de favorecer a la ciudadanía, en comparación a decisiones rápidas y sin pérdida de tiempo que adopta a la hora de aplicar tarifazos.

“Lo único que resta, lo cual no debería extrañar, es que las reducciones de precios sean ínfimas, con el famoso cuento de que las finanzas de la institución están sensibles, lo cual escaparía a la verdad porque hace meses que vienen acaparando la diferencia millonaria de costo con el mercado internacional y se han mantenido calladitos”, retrucó otro indignado.

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