Multitudinaria presencia en el festival de San Ber, donde muchos inocentes quedaron expuestos a la violencia debido a la deficiente intervención de la Policía Nacional en el control de asistentes y medidas de prevención. (Foto captura de redes sociales).

En un fallido intento por “aclarar” el trágico desenlace del festival musical del pasado domingo en San Bernardino, altos referentes de la Policía Nacional afirmaron a la prensa que Inteligencia manejaba informaciones acerca de la presencia de traficantes de droga en el marco del evento, pero sin embargo no pudieron explicar cómo es que no practicaron el protocolo de seguridad y control que hubiera evitado posiblemente la pérdida de vidas humanas, daños y heridas a mucha gente, y la suspensión violenta del emprendimiento que reunió a más de 12.000 personas, entre ellas centenares de menores y niños.

“Teníamos conocimiento de que en el sector se encontraban personas relacionadas con el narcotráfico”, afirmó el subcomandante de la Policía Nacional, comisario Gilberto Fleitas, conocido en el ámbito institucional como un profesional de impecable trayectoria y sonoros casos resueltos en su rol de investigador.

No pudo explicar, sin embargo, acerca de la presencia del capo mafioso José Luis Bogado y otros hombres sospechosos de formar parte de su esquema criminal que disfrutaban plácidamente de música tropical sentados en el sector vip del anfiteatro José A. Flores, a la vista de todos y sin censuras, incluso ensayando tomas fotográficas como si nada.

De esta manera, sin el respaldo de seguridad necesario, cientos de espectadores quedaron inocentemente expuestos en la mira criminal.

De hecho, la organización del evento cargó la responsabilidad de forma exclusiva sobre los hombros de empresas de seguridad privadas.

Los resultados del trabajo de este tipo de personales en acontecimientos de relevancia con presencia multitudinaria no deberían de extrañar, teniendo en cuenta la falta de preparación profesional en temas de administración de conflictos y, algo vinculante, las limitaciones legales en la portación y uso de armas de fuego.

“¡La Policía debía estar ahí!”, disparó un indignado en las redes sociales, tras lanzar munición gruesa sobre el incomprensible y fatal ninguneo de la fuerza de seguridad pública en un sitio de alto riesgo.

Fuentes de la comisaría de San Bernardino señalaron que varios agentes de esa unidad policial fueron enviados a prestar servicio en el contexto del festival, pero que no pudieron hacer mayores intervenciones porque los responsables del evento informaron que la organización de “Ja’umína” se encargaría del tema seguridad con agentes privados contratados especialmente para el efecto.

“Pudo haberse registrado una violencia de mayor envergadura con víctimas inocentes, cualquier cosa pudo haber pasado con la presencia de criminales en el lugar”, lamentó Osvaldo Pereira, un asistente del evento abordado por La Mira que, en consonancia con decenas de indignados, culpó de los hechos acontecidos a la Policía Nacional y el Ministerio del Interior.

“Marito no debe esperar un día más para echar del cargo a este ministro inútil”, atizó el indignado en referencia a Arnaldo Giuzzio, calificado como “estrella” del gobierno luego de presentar una denuncia tachada de artera y electoralista contra el ex presidente de la República, Horacio Cartes.

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