Las calles del barrio se han deteriorado rápidamente por efecto del agua circulante de la Essap, ante el estupor de los vecinos por los 14 días de tormento que afrontan debido a la increíble falta de respuesta de la aguatera a los centenares de reclamos.

Como si la calidad del servicio fuera un detalle menor y el clamor de los clientes una simple anécdota, la Essap ningunea olímpicamente desde hace dos semanas a vecinos del residencial barrio San Jorge, de Asunción, quienes piden la presencia de la cuadrilla técnica para reparar la pérdida de agua de un registro domiciliario ubicado en un sector de la vereda de la calle Mayor Leandro Aponte, entre Capitán Leonardo Britos y Obispo Basilio López.

El lugar se encuentra en el exclusivo “triángulo vip” limitado por las avenidas Aviadores del Chaco, Madame Lynch y Santa Teresa, donde los afectados pagan altos montos en impuestos por servicios que en la práctica no se dan, como en este caso la Essap.

“Desde el mismo día que se declaró este problema hemos contactado centenares de veces con la Essap, donde cada vez que llamamos debemos brindar los datos correspondientes que son anotados y nos dan un número de reclamo, que es el que supuestamente derivan a los técnicos tercerizados para que estos lo analicen y establezcan un orden de prioridades, pero pasan los días y estamos a dos semanas de que se declaró la dificultad pero nadie aparece por acá”, denunció visiblemente molesta la usuario Ada Beatriz Ledesma.

Con señales visibles de contrariedad, y críticas adjetivadas contra la Essap, dijo que la situación se ha vuelto insostenible debido a que las aguas discurren caprichosamente por las calles del barrio, provocando inundaciones y charcos que, en todos los casos, afectan por igual a vehiculistas, transeúntes y habitantes de las viviendas y edificios de los alrededores.

“Con el perdón de la expresión, vivimos como chanchos”, graficó furibunda otra vecina, tras señalar la gran cantidad de baches y cráteres que se han multiplicado en todo este tiempo debido a la situación.

“No puede ser que tengamos que sostener indefinidamente este calvario”, vociferó otra víctima del servicio de agua corriente de la Essap, e informó que el presidente de la empresa, Ludovico Sarubbi “será responsable de cualquier derivación de esta situación”, tras disparar municiones verbales contra la declarada ineficiencia de este ejecutivo-autoridad que no se justifica en su cargo a pesar de los millones en salario, beneficios y privilegios que se embolsa cada mes.

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