Rostro conocido del odio entre paraguayos. Nicanor Duarte Frutos (descalificado con el alias de Nicadrón) disparó con crueldad contra el cartismo y ahora busca otro zoquete de la mano del cartismo, en una jugada clásica de este camaleón republicano.

Fungiendo de demócratas y fieles leales republicanos, diputados abdistas criticaron con dureza la actuación del Tribunal de Conducta de la Asociación Nacional Republicana (ANR) que en histórica sentencia determinó la expulsión de Gerardo Soria de los registros partidarios tras ser acusado de traicionar al Partido Colorado al solo efecto de mantener su zoquete de G. 56 millones mensuales como jefe en Itaipú y oficiar de vocero contra sus correligionarios de Honor Colorado, para deleite de la oposición y holdings mediáticos aliados que lo utilizaron como idiota útil.

De “terrible” calificó la sentencia del tribunal colorado el diputado abdista Daniel Centurión, tras disparar munición gruesa contra el Partido Colorado al que pertenece señalándole de “déspota, autocrática y tirana”.

En términos parecidos se expresó en medios pro-oficialistas el diputado marista Mauricio Espínola, quien expresó sin ruborizarse y suelto de cuerpo que la ANR ha dado con la expulsión a Soria una muestra de autoritarismo que atenta contra la libertad de opinión y el disenso.

También señaló su “preocupación” por la decisión del tribunal colorado y alentó a los abdistas que perdieron las elecciones a levantarse contra las “injusticias”.

Críticas acervas levantaron en redes sociales huestes de Fuerza Republicana-Añeteté, pero ni los diputados citados ni los colectivos abdistas han hecho alusión a la feroz y cruel persecución practicada durante la campaña electoral pasada contra todo lo que sea o signifique cartismo, en una guerra declarada con un solo atacante envalentonado por el poder y el aguijón incitador de la prensa amiga, la misma que calló cómplicemente los abusos y rapiñerías de Marito y su gavilla.

“Nos han sometido a una cacería despiadada e infrahumana; nuestros hijos, y padres de familia que aún trabajamos en la función pública, hemos sido víctimas de acoso ideológico, amenazas, despidos injustificados y toda clase de persecución por el solo hecho de no alinearnos al proyecto continuista de Marito, la oposición y la prensa supuestamente independiente, y ahora esta misma gente se rasga las vestiduras por una supuesta injusticia contra un traidor nato”, publicó en su estado social el republicano Sebastián Larrosa, en coincidencia con centenares de leales a Honor Colorado que opinan en igual sentido.

Luego de la expulsión de Soria, suena fuerte en corrillos republicanos una nueva sentencia del Tribunal de Conducta, esta vez contra Mario Abdo Benítez, a quien acusan de ser un abierto traidor al Partido Colorado e incluso al Paraguay, tras ofrecer en bandeja la institucionalidad de la República al gobierno de Estados Unidos, que estableció acá un “tribunal especial” encargado de condenar unilateralmente, sin aportación de pruebas y el ejercicio del derecho a la defensa, a jerarcas y líderes exclusivamente colorados en una infame lista de corruptos.

“Hace mucho Marito ya hubiera sido echado del cargo por inútil y corrupto, y no esperar que se forre con nuestros recursos y abusar de nuestros derechos antes de continuar su vida dorada fuera del poder”, vociferó en las redes sociales un leal colorado.

Otros indignados señalan la necesidad de que Marito sea enjuiciado ni bien abandone su cargo presidencial.

“Tiene que probar su propia medicina”, afirmaron desempleados que perdieron sus puestos de trabajo por el solo hecho de pertenecer al cartismo.

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