Imagen repetida hasta el cansancio en sucesivos gobiernos nacionales. Jubilados reclaman derechos y reivindicaciones huérfanos de respaldo y acompañamiento. Amnistía Paraguay es considerado un muñeco de barro que solo sirve a sus intereses. (Foto: Diario La Tribuna).

La Ley de Superintendencia de Jubilaciones y Pensiones, polemizada por la oposición y sectores mediáticos interesados, genera no solo controversias sino puntos llamativos como el aterrizaje en el escenario de litigios de la organización Amnistía Internacional, encargada supuestamente de velar por los derechos humanos de pueblos, sociedades o personas vulnerados por el poder político.

Amnistía Paraguay, integrante de la organización con representación en 150 países del mundo, dio a conocer un comunicado dirigido a la opinión pública nacional e internacional en el cual sienta postura crítica contra el gobierno nacional y reivindica reclamos de jubilados y pensionados que se oponen a la Ley de Jubilaciones propuesta por el oficialismo con la finalidad de poner orden al entramado financiero y administrativo que significan los millones de dólares de fondos previsionales.

En la contraparte, políticos de la oposición y organizaciones conocidas por sus intereses ideológicos asociados a políticas públicas, como Amnistía Internacional, salieron a rasgarse las vestiduras por lo que consideran un atentado abierto contra los fondos jubilatorios porque el proyecto de ley en cuestión blinda a los interventores de las cajas jubilatorias ante cualquier denuncia o intento de desacreditar sus gestiones, entre ellas las jugosas colocaciones con multimillonarias ganancias que ponen piel de gallina y hacen fregar las manos de bancos y financieras, principales interesados en que nada cambie para que continúe el vito con la plata ahorrada por los trabajadores.

Amnistía reivindica ahora no solo los derechos jubilatorios en la parte de blindaje de recursos sino ataca al gobierno diciendo que viola derechos consagrados sobre el destino de los siderales recursos, entre ellos la prohibición de ser objetos de préstamos al Estado y a sectores privados sino apuntalar el desarrollo de sus legítimos dueños, los trabajadores asegurados.

La misma organización internacional, sin embargo, ha dado parte de ausente en todas las manifestaciones y reclamos corporativos o personales de asegurados, entre ellos la pésima atención médica, los maltratos a pacientes, la falta crítica de medicamentos, camas e insumos, las crecientes negligencias médicas y denuncias formales de saqueos, con nombres y apellidos, que han ido a parar al basurero.

A más de ello, Amnistía Internacional jamás se interesó por el libertinaje en el otorgamiento de turnos agendados para consultas y estudios de especialidades, entre ellos los soñados “números” agendados para neurología, cardiología e incluso para la atención en traumatología y odontología, por citar solo algunos de los más demandados.

“Siempre pescando en río revuelto. ¡Perversos!”, postea este miércoles un indignado social tras enterarse de los movimientos de Amnistía Paraguay en beneficio supuestamente de los jubilados, “cuando en realidad lo único que le interesa a esa organización de zurdos es conservar el zoquete y ganar espacios de poder a través del lobby con la prensa amiga y referentes de la oposición”.

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