El intendente Filippi Vera (izq.) aparece con el gobernador de Cordillera, Denis Lichi. El santo patrono de Arroyos y Esteros es testigo del desastre ambiental que ambos «traidores» autorizaron en contra de la salud y derecho a vida digna de la gente, vociferan los indignados.

Ciudadanos unidos de la ciudad de Arroyos y Esteros enviaron una atenta nota al Ministerio del Ambiente y Desarrollo Sostenible (Mades), en la cual reclaman una media vuelta para dejar sin efecto, sin más trámites, una reprochable Resolución de esa instancia de gestión pública que autorizó la construcción de un enorme depósito de residuos sólidos en una zona prohibitiva desde todo punto de vista.

“Jamás pudieron autorizar una obra de semejante finalidad en medio de poblaciones consolidadas y una reserva ambiental protegida, compuesta por el hermoso y recreativo río Piribebuy, arroyos, lagunas y agua dulce del subsuelo que constituyen una riqueza única”, afirmó el concejal Edgar Ovelar, quien en nombre y representación de los indignados ha asumido el desafío de enfrentar la sinrazón de tener que asumir consecuencias nefastas de un proyecto a todas luces peligroso, no solo para la gente sino para el propio intendente José Filippi Vera y sus adláteres que a ciegas y posiblemente con poderosas razones ha admitido el basural inmundo en esa jurisdicción.

El edil arroyense sostiene que “la pelota está ahora en cancha del Mades”, en alusión a que la ciudadanía ya se ha pronunciado masivamente en contra de la obra por considerarla una bomba de tiempo contra la vida saludable no solo de personas sino de animales y la abundante flora en los alrededores.

“Uno de nuestro orgullo, que es el río Piribebuy, está con amenaza de muerte inminente, lo cual ocurrirá irremediablemente si llega a funcionar el vertedero porque está proyectado a menos de dos kilómetros de la boca de ese recurso hídrico invaluable que no podrá detener la contaminación, a pesar de que el Mades dice increíblemente lo contrario”, apuntó Ovelar.

Añadió que Arroyos y Esteros es considerada como zona orgánica debido a la producción de rubros de consumo 100 por ciento saludables que son exportados a más de 30 mercados del mundo.

“Todo esto desaparecerá y nuestra hermosa ciudad quedará convertida en un páramo con gente enferma y nada de inversión si llegare a funcionar el vertedero; por todo ello hemos decidido con la gente luchar hasta las últimas consecuencias, seguros de que nuestro esfuerzo no será en vano porque está en juego nada menos que el futuro de nuestra descendencia, sin contar con la exuberante vegetación y recursos hídricos totalmente puros que corren peligro de muerte”, enfatizó el concejal arroyense.

Hace unos días, en el contexto de una manifestación multitudinaria en la Municipalidad contra el intendente acusado de traidor, los ciudadanos fueron agredidos con gases lacrimógenos y balines de goma que produjeron al menos una ventana de heridos.

A resultas de ello, los afectados presentaron una nota de protesta contra el comisario Piñánez, jefe de Orden y Seguridad de la Policía Nacional en el departamento de Cordillera, quien está acusado de haber ordenado la represión, negándose a dialogar sino a arremeter directamente contra la gente, que reclamaba a gritos su derecho a vivir en un ambiente enteramente saludable y digno.

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