Como Pedro por su casa se desenvolvieron los representantes de la dictadura de Maduro en el Congreso nacional, donde vinieron a hacer causa común con los intereses particulares y sectarios de «Cachito» y sus aliados zurdos. Nada de beneficios para la ciudadanía consumidora.

Bajo la dirección técnica del senador abdista Oscar “Cachito” Salomón, parlamentarios colorados oficialistas e izquierdistas, unidos por intereses electorales, buscan a toda costa renovar las quebradas relaciones diplomáticas con Venezuela, sin importarles para nada la condición de gobierno autocrático, déspota y dictatorial arrastrado por Nicolás Maduro, electo sistemáticamente en el poder en maniobras calcadas del stronismo recalcitrante que llenó de abusos el Paraguay.

De esta manera, la propia “Cámara de la Vergüenza”, como es considerado por indignados ciudadanos el Congreso Nacional paraguayo -que en su momento votó mayoritariamente por el rompimiento de relaciones con el país caribeño luego de que el bloque regional lo considerara indigno de integrar una mesa democrática- desanda sobre sus pasos y mira hacia otro lado para restablecer los lazos diplomáticos y blanquear al déspota Maduro con el único objetivo de hacer negociados a espaldas del pueblo y ganar la consideración ciudadana con combustibles hipotéticamente más baratos, en una típica acción socialista donde el populismo es religión.

El gobierno nada está haciendo a favor de la gente, en este caso establecer mecanismos que ayuden a bajar los elevados precios de los combustibles, en un escenario con marcados intereses contrapuestos: Por un lado, consumidores desesperados por los tarifazos y, por otra parte, empresarios y políticos asociados para enriquecerse a costa de las necesidades de la gente.

La multiplicación imparable de construcción de nuevas estaciones de servicio en cualquier punto de la República es señal suficiente para sacar conclusiones de valor sobre este “negocio del siglo” que genera fortunas astronómicas inmediatas a sus propietarios, a pesar de los cantos de miseria que estos acaudalados plutócratas entonan al unísono ante cualquier “peligro” al acecho, como por ejemplo el clamor ciudadano de que bajen los precios de los combustibles para alivianar la pesada carga familiar y, en el caso de los productores, para hacer trabajar la maquinaria de desarrollo país.

El sector político nacional, como nunca debe tener en cuenta la máxima que dice: “Dime con quién andas y te quién eres”, a la hora de evaluar amistades y sacarse de encima el estigma de vendepatrias y corruptos.

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