Lo único que hizo hasta ahora el senador Iramain es llorar por la destitución de su pariente político Kattya, afirma el observatorio ciudadano que a través de las redes sociales descarga críticas contra el nuevo «tiroteador inoperante» del Senado. (Foto: Nación Media).

“Salió por su predecesora porque lo único que hizo hasta ahora es tirotear contra el oficialismo, pero no produjo aún nada útil para el país y la gente, especialmente los menos favorecidos”.

Con esta crítica, un posteador de las redes sociales unió su voz de protesta contra el senador Ignacio Iramain, quien sucede en el cargo a la polémica y lenguaraz Kattya González, echada del Poder Legislativo de la nación por acusaciones documentas de corrupción y delito común en beneficio de sendos funcionarios a su cargo.

“No para de llorar por la hermana de su yerno, que no parpadeó para echar en la calle a 5 diputados, nada menos, pero cuando a ella le llegó el turno hace alaridos divagantes por la llanura donde se encuentra totalmente desorientada”, disparó Macarena Fleitas Orrego, en coincidencia con una lluvia de incriminadores de Kattya y de la oposición en pleno, que acude al mismo lenguaje de odio, discriminación y división entre paraguayos, una fórmula terrible de hacer política que posibilitó el fracaso histórico de los aliados anticartistas en las pasadas elecciones generales de abril.

“Este Iramaín, a quien todavía no le vimos trabajar sino despotricar a los cuatro vientos derrochando los millones que le pagamos en salario, es por lo visto de la misma hilacha que su antecesora, por lo que no podemos esperar gran cosa de él sino escuchar sus lamentos, acusaciones y difamaciones sin presentar ningún documento, prueba o evidencia, lo que lo convierte en un charlatán más de la fauna parlamentaria”, disparó por su parte Anabella González Pires.

Con la misma vehemencia de sus pares opositores, Iramain trató de dictadores, sátrapas, vendidos y traidores de la voluntad popular a todos sus colegas senadores que votaron a favor de la destitución de la Kattya, eludiendo olímpicamente que la “voluntad popular mayoritaria”, traducida en la mayoría de votos de representantes del pueblo, determinó la naturaleza indigna de la opositora para ocupar un curul, y así le fue.

“Todos los que no están con nosotros son vendidos”.

Este es el mensaje sin pruebas, repetido hasta el cansancio por los opositores y medios amigos, que hasta ahora “aportó” Iramain desde su cargo de senador pagado por el pueblo, cuyos intereses el mismo alega defender.

Al igual que la hermana de su yerno, Iramain busca hacer creer que los 100.000 votos levantados por la Kattya le dan derecho sin censura de acusar, difamar, infamar, calumniar e injuriar a quien le plazca en nombre de la democracia a la que dice defender pisoteando alegremente derechos y dignidades de terceros.

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