Cortes «prohibidos» para los «comunes» se exhiben en la góndola de una carnicería de Asunción, en medio de la escala imparable de precios sin intervención gubernamental. «Dentro de poco vamos a saborear la carne solo en fotos», ironizó un consumidor indignado.

Los precios de cortes de carne paraguaya en las carnicerías y supermercados treparon por los cielos esta semana en medio de una carrera imparable, sin límites a la vista, y la brillante ausencia de organismos de gobierno para tratar de poner freno a las históricas cotizaciones, calificadas de abusivas por parte de las amas de casa, principales protagonistas de esta situación que genera asombro y, al mismo tiempo, preocupación y protesta generalizada.

“Esto se ha salido de carril y llegó al colmo del abuso”, rezongó entre dientes una madre de familia mientras contemplaba atónita y airada cómo han trepado los precios de forma geométrica desde comienzos de año, sin que ninguna autoridad tome intervención para poner freno a la situación.

“De hecho, hace tiempo compramos en la familia solo cortes populares como puchero, carnaza blanca y menudencias, pero con esto nuevamente debemos asimilar que los cortes de primera como carnaza negra, bola de lomo, lomito, peceto y tapa cuadril son solo para los ricos, mientras los comunes nos vemos obligados a ajustar más los cinturones y comer carne solo dos o tres veces por semana”, rezongó Mariela Ramos mientras aguardaba en la fila de la carnicería en busca de alguna milagrosa ventaja de ese supermercado ubicado en el barrio Trinidad de Asunción.

Este diario recabó datos sobre precios de cortes de carne vacuna en Asunción y alrededores, donde la oferta quedó clavada este miércoles con estas cotizaciones: Puchero: G. 14.000 el kilo; carnaza blanca: G. 36.000; costilla: G. 36.000; vacío, G. 42.000; carnaza negra: G. 52.000; peceto: G. 48.500: bola de lomo: G. 54.000; lomo: G. 58.000, y lomito, G. 61.000.

Estos costos varían poco más o menos de acuerdo al negocio oferente.

Un detalle no menor comentado por los consumidores es que los precios de los cortes de carne, especialmente los denominados “premium” se incrementaron sostenidamente desde que se anunció la exportación al mercado norteamericano.

“Siempre, cada vez que surgen nuevos mercados, la carne sube automática e inmediatamente de precio, para quebranto de nuestra economía y nuestro derecho de tener acceso, sin discriminación, a ese producto estrella del Paraguay”, apuntó Virgilio Bazán Paredes, otro consumidor indignado por los precios exorbitantes de la proteína roja.

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