Evidencia. El entonces Grupo Cartes denuncia la «voracidad insaciable, el canibalismo político y la persecución financiera» que precipitaron una persecución falaz, cruel y sanguinaria por parte de Marito y sus aliados opositores y mediáticos.

El ex presidente de la República Horacio Cartes presentó denuncia formal contra personas innominadas -aunque técnicamente individualizadas con nombre y apellido- por supuestos delitos en contra de su persona y sus derechos durante la campaña política para las elecciones generales que derivaron en una resonante victoria del movimiento interno del Partido Colorado liderado por el mismo.

A través de su abogado Pedro Ovelar, Cartes recurrió a la justicia ordinaria para investigar hechos que según sostiene lesionaron gravemente sus derechos privados y corporativos que llegaron a denigrar su dignidad como ser humano, padre de familia y empresario con el único afán de perjudicarle hundiéndole en la deshonra y la infamia nacional e internacional y de paso asestar un golpe certero a la cabeza del Partido Colorado.

La denuncia lleva el rótulo de persecución política, aunque el contenido también abarca persecuciones personales y corporativas, para lo cual los victimarios se unieron en alianza bajo la capitanía general del propio presidente de la República Mario Abdo Benítez, secundado por referentes de la oposición, holdings mediáticos “independientes” y la embajada de Estados Unidos.

La campaña, lejos de lograr su propósito de sacar del ambiente político la figura de Cartes, instaló en la consideración general un ambiente de terror traducido en amenazas de despidos y persecuciones implacables en la función pública contra todos quienes se negaban a arrodillarse ante Marito en las internas coloradas, cuando el entonces movimiento Fuerza Republicana liderada por el hijo de la dictadura daba como segura la victoria que le resultó arrolladoramente adversa.

El abogado de Cartes, convertido en la estrella del momento por el alcance de la denuncia, fue abordado por la radio pro-oficialista Monumental del grupo Vierci y aseguró que la persecución política de la que acusa Cartes fue gestada desde el propio Poder Ejecutivo, un secreto a voces que por entonces permeaba las paredes del Palacio de López y Mburuvichá Róga, devenidos en PC de la alianza anticartista.

Posibles hechos de simulación de hechos punibles, denuncia falsa, persecución de inocentes, asociación criminal y usurpación de funciones públicas figuran en el listado de delitos que según el escrito de denuncia fueron cometidos contra el ex presidente Cartes, quien oficia actualmente de presidente de la Asociación Nacional Republicana (ANR).

En el citado medio oficialista, Ovelar alude directamente al ex ministro de la Senad Arnaldo Giuzzio; al ex ministro de la Seprelad Carlos Arregui, al ex ministro de la Senac René Fernández y a la senadora de izquierda Desirée Masi, gran amiga de Marito, como algunos de los principales propiciadores de la campaña de destrucción de Cartes y eliminación del movimiento Honor Colorado.

“El objetivo era dañarlo a él, a su economía, sacarlo del escenario político, y la caída del Partido Colorado para que gane la Concertación. Esto se inició en el 2018 con la comisión que investigó a Darío Messer, pero que en realidad era todo contra Horacio Cartes”, disparó Ovelar en radio Monumental, integrante de la no oficializada red nacional e internacional de perversión política contra Cartes y anulación del movimiento Honor Colorado.

Un hecho no menor criticado por el abogado fueron los informes confidenciales dados a conocer a la prensa amiga, entre ellas la radio entrevistadora, para ventilar hechos concernientes exclusivamente a Cartes, sin ponderar en el tenor de las acusaciones y despreciando el constitucional derecho a la defensa en un ataque cruel y despiadado que no conoció de pausas.

De acuerdo a los datos, en esa campaña de persecución también estuvieron involucrados de modo protagónico referentes del mundo cultural local, entre ellos los llamados “intelectualoides”, que no desperdiciaron municiones para disparar artillería pesada contra Cartes sin ofrecer el mínimo derecho a la defensa y convirtiéndose en reprochables jefes de campaña política, en este caso de la alianza entre abdistas, efrainistas, zurdos y medios supuestamente «independientes”.

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