La «emperatriz del IPS» ofició de vocera de la disidencia colorada para tratar de defender la causa de la amiga Kattya. El bloque de senadores millonarios que responden a Marito está plegado a la agenda globalista y mostró su peor perfil republicano.

Criticado espectáculo de solidaridad con una opositora en apuros ofrecieron este miércoles referentes del abdismo cuando pasaron por alto el contenido del libelo acusatorio que colocaba en sillón de acusados a Kattya González y se dedicaron a proponer fórmulas de escape que en todos los casos resultados inútiles ante la agenda marcadamente marcada del oficialismo que con antelación le había puesto las cruces a la polémica senadora.

Los abdistas en el Senado operan bajo nuevas denominaciones pero comulgan la misma causa anticartista con la oposición y los holdings mediáticos aliados en una fórmula extremadamente provechosa y lucrativa que durante los 5 años pasados significaron cargos, prebendas, licitaciones dirigidas e impunidad.

La senadora Lilian Samaniego, conocida como “La emperatriz del IPS” por su legión de recomendados y negociados feroces -según cúmulos de denuncias penales que duermen en tribunales- encabezó la cruzada de defensa que pidió en primer lugar sancionar con 60 días de suspensión sin goce de sueldo a la amiga Kattya, otorgando aceptación implícita a las acusaciones, entre ellas el tráfico de influencia y la producción y uso de documentos no auténticos en beneficio de funcionarios a su cargo.

La moción fue secundada por conocidos caudillos como Felipe Salomón y Juan Afara, multimillonarios favorecidos por el abdismo y con millares de esclavos electorales repartidos a diestra y siniestra en la función pública con cargos y salariazos negados a los “comunes”.

Los nombres de estos líderes figuran en un apartado de la Junta de Gobierno de la ANR como “traidores a la causa republicana” por aliarse abiertamente con la oposición (entre ellos el zurdismo luguista) y el embajador norteamericano para tumbar al coloradismo e instalar un gobierno multicolor arrodillado a la agenda globalista.

Tanto Lilian como “Cachito” y Afara, entre los principales caudillos políticos siempre prendidos a las tetas del Estado, se vieron involucrados en el gobierno anterior en una campaña política de perversión y ataques fuera de lo común contra el adversario de turno con el objetivo de lograr el continuismo y los negociados, por un lado, y en el mismo plano instalar a Paraguay como socio de la perversa Agenda 2030.

Rumores que circulan como comidilla en pasillos republicanos sostienen que los abdistas marcadamente “traidores” al partido serán echados del coloradismo en algún momento, tal como la nueva administración cartista de la ANR hizo con Gerardo Soria, hurrero abdista convertido en estrella de los medios por su descarada inclinación hacia los intereses de la oposición y “voz calificada” para difamar alegremente a Horacio Cartes y todo lo que significara Honor Colorado.

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