Los comerciantes señalan que el Gobierno no puede reprimir la única actividad de renta de la ciudad y culpan a los grandes empresarios contrabandistas. «Quieren matarnos de asfixia», lamentaron. (Foto: Diario La Nación).

La fuerte presión y el lobby de empresarios y contrabandistas a gran escala están dando los primeros resultados en el paso fronterizo con Argentina, donde este lunes se desencadenó una violenta escaramuza con fuerzas del orden luego de que comerciantes de la localidad chaqueña de Nanawa (ex Puerto Elsa) vecina a Asunción decidieron levantarse en rebelión “en defensa de nuestro puchero”, señaló a La Mira una vendedora de artículos hogareños en el acceso al concurrido centro de compras ribereño.

“Queremos avisarle al Gobierno que vamos a agotar nuestras fuerzas e iremos hasta las últimas consecuencias para defender nuestro plato de comida y la vida de nuestras familias que dependen exclusivamente del comercio, la única actividad que genera ganancias en esta ciudad”, disparó Amancia Sotomayor.

Otro comerciante indignado sostenía un cartel que rezaba: “Ni Marito era peor que este presidente”, en referencia a Santi Peña, a quien coinciden en acusar del “desastre” económico en puertas, lo cual sucederá en caso de que el Gobierno continúe con su política de restricción de compras tanto en Clorinda como en la ex Puerto Elsa, adonde acuden miles de compradores a diario en busca de ventajas en los precios, teniendo en cuenta el abuso de los supermercados de Asunción donde los artículos “made in Argentina” cuestan al menos 100 por ciento más caros.

La situación este lunes ha llegado a niveles peligrosos luego de que airados comerciantes incendiaran un vehículo y amenazaran con quemar incluso el odiado puesto de control aduanero de Remansito, en reclamo de sus reivindicaciones.

“Nuestro objetivo no es violentar sino acordar con las autoridades un régimen saludable de compras que no solo tenga en cuenta los intereses de los grandes supermercadistas que contrabandean por miles de toneladas, sino el comercio de los compatriotas ‘comunes’ que tienen todo el derecho de rebuscarse para mejorar su economía”, apuntó Iván Leguizamón, otro vendedor de productos varios en Nanawa.

El Gobierno, por su lado, ha lanzado el mensaje de que va a reprimir el contrabando en cualquier frente, mientras la ciudadanía se pregunta cuál será el trato que recibirán los grandes contrabandistas, entre ellos conocidos dueños de supermercados y políticos de rancio historial “importador” que han marcado históricamente la hoja de ruta de sucesivos gobiernos nacionales en el tema del comercio fronterizo bajo el censurado eslogan de “haz lo que yo digo, no lo que yo hago”.

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