La familia decidió poner el hombro a los desafíos y logró una producción sostenida y sustentable que sirve de ejemplo, más aún en estos momentos especiales de estrechez económica y la ausencia del Estado.

HORQUETA (Por Freddy Rojas Martínez).

Una familia rural alcanza a ganar más de cinco millones de guaraníes mensuales con la producción y la venta de rubros de consumo producidos en su propia finca.

Se trata de la familia Giménez-Casco, que vive en la localidad de Ybyraty, distante unos ocho kilómetros de esta ciudad.

Mirian Casco y su esposo Máximo Giménez son padres de dos hijos, y cuentan con veinte hectáreas de tierras en las que producen granos de todo tipo, hortalizas, frutas, crían aves de corral para la producción de carne casera y huevos, a más de animales menores y vacas para la producción de leche y queso.

Doña Mirian dijo que logran satisfactorios ingresos económicos mensuales, gracias a la comercialización de esos productos.

Al ser consultada sobre las ventas, respondió que periódicamente envían quesos y huevos en grandes cantidades a Vallemí, Pedro Juan Caballero y Asunción.

Refirió que gracias a las jornadas de capacitación agropecuaria de las que participó con su esposo a través de la Federación de Cooperativas de Producción (Fecoprod) y otras organizaciones, pudieron mejorar la producción para las ventas y el nivel de vida de la familia, remarcó.

Recordó que uno de sus hijos, Herminio Giménez, recibió su título de ingeniero agrónomo hace unos diez años y con su asesoramiento se incrementaron sustancialmente el rendimiento, calidad y volumen de producción y, consecuentemente, las ganancias económicas de la familia.

La dueña de casa expresó que el otro hijo, Miguel, años atrás recibió el título de licenciado en enfermería, pero se ve imposibilitado de ejercer la profesión debido a la falta de fuentes de trabajo, ante lo cual optó por invertir su voluntad y capacidad en la chacra.

En otro momento, doña Mirian dijo que los campesinos propietarios de tierras no deben dejarse engañar por las argucias de las personas que les ofrecen millones de guaraníes para comprar sus lotes, porque si ello ocurre será una gran pérdida debido a que la cantidad de dinero suena a mucho, pero cada día que pasa pierde valor.

En ese sentido, indicó que las familias rurales que venden sus granjas y se trasladan a las ciudades en poco tiempo gastan los millones de guaraníes que recibieron por la venta de sus tierras, pero se quedan sin recursos y en la pobreza, porque no existen fuentes de trabajo. Agregó que es fundamental que los labriegos, principalmente jóvenes, se capaciten y tengan en cuenta que las tierras de sus padres constituyen una riqueza imperecedera si las saben trabajar y aprovechar de la mejor manera.

“La cuestión principal es amar la tierra, capacitarse, actualizarse y producir con esmero para tener éxito en el mercado, tal como lo hacemos nosotros en familia, con óptimos resultados”, apuntó nuestra entrevistada.

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