Un solitario vendedor que, al igual que el 99% de Nanawa vive del comercio menor, mira al suelo en señal de impotencia. La corrida de compradores causa efectos devastadores en la economía familiar en medio de críticas al gobierno y a los ricos empresarios contrabandistas.

La situación de nerviosismo e impotencia es patente este sábado en la vecina ciudad paraguaya de Nanawa (ex Puerto Elsa) debido al fuerte impacto social ocasionado por una medida del gobierno que restringe las ventas y condena a la población, que vive casi totalmente de la actividad comercial, a privarse del pan diario en una época de candente pauperización de la economía familiar y la falta de opciones laborales de frente a autoridades inoperantes que solo “trabajan” en época electoral en busca de votos, según la queja generalizada.

Negocios menores, entre ellos puestos precarios improvisados en espacios apretados, muestran un aspecto de abandono como secuela de la corrida de compradores que temen la incautación de sus productos en el puesto de requisa aduanera de Remansito, especialmente artículos de limpieza y materia prima para la comida diaria adquiridos a bajo costo en comparación a los supermercados de Asunción que, según opinan, cobran lo que quieren sin ninguna oposición.

“Las autoridades deben entender que no generamos recursos para enriquecernos como sí lo hacen los grandes e invisibles contrabandistas del resto del país, sino para llevar el pan diario a nuestra mesa. Creemos que tenemos derecho a una vida mediamente digna mediante nuestro esfuerzo”, afirma Modesto Castelví mientras trata de ordenar con mirada vacía sus contadas reservas de harina, edulcorante y fideos entremezclados con champúes, pasta dental, conservas y detergentes, un escenario común en el espectro comercial de la ex Puerto Elsa.

En medio de la tristeza e impotencia reinantes sale a opinar la vicepresidenta de la Asociación de Comerciantes de Nanawa, Pablina Verón.

“Cerraron la frontera para los pequeños comerciantes Nanawa-Clorinda, pero el gran paso Loyola siempre ha sido canal de circulación de los grandes empresarios que en época de pandemia no se contagiaban del covid 19; ellos sí podían acrecentar sus patrimonios”, dispara.

Añade que “la reinventación comercial nos ayudó para revivir y cubrir todos los gastos, especialmente de salud, como producto del covid 19 que era la única alternativa de trabajo que se nos presentó, comercializando productos argentinos a todos los visitantes paraguayos que se acercaban a la isla Puerto Elsa, porque también quieren estar mejor”.

“Hoy, nuestra isla (en referencia a que la zona está rodeada por cursos de agua) nuevamente está siendo golpeada, pero ya por orden del Gobierno paraguayo”, alegó, tras exponer un contundente mensaje al presidente de la República: “Santi, así como tomas decisiones drásticas para reprimir a este pueblo también dale soluciones rápidas a nuestra gente, que no tiene jugosos salarios bajo aire acondicionado sino debe ganar su pan diario con el sudor de su frente”.

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