«Evidencia» presentada por la FTC de su incursión en los montes de Yby Yaú, donde fue a tumbar al EPP pero salió con las manos vacías y generando un escándalo de ribete internacional, a pocas semanas del nuevo presupuesto general de gastos.

Referentes políticos de la oposición se trenzaron en opiniones y puntos de vista este fin de semana con respecto al papel que realmente cumple la Fuerza de Tarea Conjunta (FTC) en el combate al terrorismo y el narcotráfico en el norte del país.

Las discusiones vinieron a colación del nuevo presupuesto general de gastos de la Nación para el 2021, que nuevamente incluye los 12 millones de dólares para la fuerza operativa destacada en la conflictiva región norteña de la Región Oriental, donde se concentran el grupo terrorista Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP) y bandas organizadas del tráfico de drogas en el estratégico corredor geográfico hacia el lucrativo mercado del Brasil.

Hace 6 años fue creada la FTC con el saludable objetivo de poner fin a los casos repetidos de secuestros extorsivos en nuestro país, y en todo este tiempo prácticamente no hicieron nada, salvo excepcionales arrestos de líderes, en un territorio de apenas 50 kilómetros cuadrados que no son capaces, o no quieren, rastrillar con toda la tecnología y los equipos a disposición, para erradicar de una buena vez al EPP.

Los 78.000 millones de guaraníes que cada año salen del bolsillo de los contribuyentes para mantener una pesada estructura burocrática presentada como solución para la inseguridad en el norte, en la práctica no tienen razón de ser, a juzgar por la falta de resultados, la permanencia incólume del grupo terrorista y de cárteles de la droga, sumados al papelón con implicancia internacional provocado por la FTC en el fracaso operativo del pasado miércoles 2 de setiembre en la zona de Yby Yaú.

Como nunca antes, la ciudadanía en general, incluso militares expertos en lucha antiterrorista consultados por La Mira, como el coronel Aurelio Aquino, coinciden en expresar críticas a la capacidad operativa de la fuerza integrada por militares y policías “de élite”, y traen a colación la muerte a tiros de dos niñas de 11 años cada una, y la huida de todos los miembros del EPP que supuestamente se encontraban cercados, en la mira de los francotiradores listos para entrar en acción.

El cúmulo de dudas sucesivas sobre el cuestionado accionar de la FTC, en las narices del propio presidente de la República y comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, Mario Abdo Benítez, pone en serias dudas la existencia de la FTC, que a tenor de su falta de respuesta y supina incapacidad para cumplir sus objetivos no tiene razón de ser y debe ser disuelta, o bien reinventarse en su totalidad.

Mientras tanto, nuevamente está a la pesca de un jugo presupuesto, que finalmente deberán costearlo los “comunes”, como si sobraran recursos en este país castigado por corruptos y colapsado de necesidades.

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