El intendente municipal hace entrega del cheque a directivos de la cuestionada Junta de Saneamiento. «Si usan bien esa plata ya van a hacer muchas cosas. ¡Queremos agua!», reclaman los sedientos de la Cuarta Compañía.

Después de mucho trajinar rebuscándose a diario por alguna fuente de agua que logre calmar la sed y utilizarlo en la rutina doméstica, abusados vecinos de la Cuarta Compañía de Emboscada recibieron la noticia de que la Municipalidad escuchó sus lamentos y respondió con hechos.

Se trata de la donación de 35 millones de guaraníes que deberán ser administrados por la cuestionada Junta de Saneamiento, en este caso para gastos de instalación del enorme tanque de agua ubicada a la entrada de la ciudad que, según se estima en los papeles, beneficiará a toda la comunidad carenciada.

“Pronto contaremos con una importante mejora en nuestro sistema de abastecimiento de agua. Este tanque nos permitirá garantizar un suministro más estable y seguro para todos los hogares de la Cuarta Compañía”, señala un posteo de la Municipalidad de Emboscada emitido en las redes sociales.

“Seguiremos trabajando incansablemente para llevar a cabo proyectos que mejoren la calidad de vida de nuestros ciudadanos. Estamos comprometidos en seguir escuchando sus necesidades y trabajando en conjunto para hacer de nuestra comunidad un lugar cada vez mejor”, señala el esperanzador mensaje de la Municipalidad.

La buena nueva es celebrada este sábado por toda la Cuarta Compañía, que integran los populosos barrios Ysypoyú, Kokué Guasú, Santo Tomás y Cachela, con al menos 5.000 usuarios afectados por el sistema de distribución que, según las denuncias, “hace agua por todos lados”.

El intendente municipal, Silvio Andrés Peña, había prometido personalmente a víctimas del servicio durante una manifestación pública realizada a inicios de este año que en pocos meses más se solucionará el problema luego de que el tanque de grandes dimensiones construido por la Essap en las cercanías del río Paraguay entrara a funcionar.

Sin embargo, fuentes de la misma Essap coincidieron en señalar que el agua del tanque debía ser destinado a la penitenciaría de Emboscada con una población estimada en 4.000 internos y que solo si había remanente iba a ser distribuido a la población circundante.

“No sabemos qué pasó, pero nunca hubo tal remanente y desde entonces, hace más de 6 largos meses, vivimos con el Jesús en la boca porque no tenemos agua ni fuentes de provisión porque los sitios de donde nos surtíamos están actualmente secos o con agua contaminada debido a la gran demanda”, opinó este sábado una víctima de la Junta de Saneamiento.

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