Efectivos de la FTC llegan para intervenir en el lugar del secuestro, donde se observa el vehículo en que se desplazaba el Dr. Denis y en la carrocería un par de panfletos supuestamente abandonado a propósito por los rebeldes.

Cuando el gobierno aún cantaba victoria en el norte durante la incursión del pasado miércoles  2 de setiembre en los montes de Yby Yaú, y se jactaba del descubrimiento del campamento central del EPP con abundante material logístico, armas, municiones de grueso calibre, documentos fotográficos y otras evidencias que lo vinculan con secuestros y crímenes, lejos de demostrar debilidad y secuelas del “golpe” de la FTC reaparecieron sorpresivamente de entre las sombras para concretar un nuevo caso de plagio y demostrar su poder de fuerza.

El hecho se registró apenas a una decena de kilómetros del supuesto campamento insurgente descubierto hacía 8 días, en una zona militarizada cubierta de efectivos fuertemente armados y equipados que, según hicieron saber a la ciudadanía, se encontraban en la búsqueda de los líderes epepistas que lograron escapar del operativo antiguerrillero.

De esta manera, nuevamente queda al descubierto que la amplia región norteña del Paraguay, especialmente los departamentos de Concepción, San Pedro y Amambay, constituyen en los hechos territorio liberado para los terroristas, calificados como “criminales comunes extorsionadores” por el procurador general de la República, Sergio Coscia.

El secuestro de Oscar Denis, ex vicepresidente del país durante la presidencia de su correligionario liberal Federico Franco, pone en dura prueba la capacidad de acción y reacción de la FTC, que ahora tiene la doble responsabilidad de brindar explicaciones creíbles sobre la muerte de las dos menores, y el porrazo recibido del mismo equipo rebelde al cual estaban buscando en la misma zona supuestamente “peinada” por las fuerzas públicas.

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