La foto de captura de pantalla muestra cómo La Serena ocupa no solo la franja de dominio público sino se mete en las aguas del río con el fondo del puente Remanso. Flagrante ilegalidad que exige la reparación inmediata.

Con la solitaria reacción de oposición del intendente municipal de Villa Hayes, Luis López, una serie de “asociaciones ilícitas para delinquir” hacen valer el poder y el dinero para mantener contra viento y marea un proyecto multimillonario que implementa la ocupación de un espacio público en un lugar de valor incalculable de la ribera del río Paraguay que, en primera instancia, provoca graves perjuicios al vecindario ante el relajo de las autoridades responsables.

Se trata de obras previas a la construcción del barrio cerrado “La Serena” del empresario Juan Guillermo Talavera, quien es señalado de violentar el medio ambiente y remar contra los intereses de la gente al construir un gran muro de piedra que se extiende hasta la línea hídrica imaginaria del río Paraguay más trabajos de excavación y relleno con refulado de arena que, de acuerdo a las denuncias, atentan contra el medio ambiente y derechos consagrados a la libre circulación y vida digna de la gente, entre otros perjuicios graves.

“Lo peor de todo es que, alarmado por el hecho, el intendente de Villa Hayes ordenó la suspensión inmediata de las obras, pero las actividades continúan como si nada, ante la alarma generalizada de los vecinos que es ninguneada por las demás instancias de control e intervención públicas como la Junta Municipal y la fiscalía del Medio Ambiente”, afirmó este viernes la indignada Blanca Azucena Funes.

De acuerdo a los datos, en la trastienda del resistido proyecto emerge en primera instancia la posible mala praxis de la Comisión de Legislación del legislativo villahayense, que aprobó sin objeciones el pedido de excavación y relleno de una zona irrigada por recursos hídricos de valor inestimable como el río Paraguay y humedales.

A más de ello, los cuestionados integrantes de la Comisión de Legislación pasaron por alto detalles fundamentales de un proyecto urbanístico, más aún como el de “La Serena”, situado en una zona concurrida y con abundantes recursos naturales de valor sideral.

La Junta Municipal eludió las facultades y prerrogativas del propio titular comunal para aprobar a tambor batiente un proyecto a todas luces irregular, plagado de defectos, algunos de ellos de lesa humanidad como la destrucción ambiental y el atentado contra la vida digna de la gente.

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