Don Narciso exhibe con orgullo el resultado de su esfuerzo, fruto de la tierra pródiga y generosa especialmente para personas como este vecino de Ypacaraí que busca generar sus propios recursos sacando provecho de su empeño.

En un rincón agreste favorecido por la naturaleza rodeada de vegetación y agua cristalina emerge fecunda la finca de don Narciso Cáceres, pequeño productor de la zona de Tavaí, distrito de 24 de Julio en la jurisdicción de Ypacaraí.

Para cualquier emprendedor, el sitio no sería apropiado más que para albergar malezas y pantano, pero la creatividad y el deseo de generar su propio recurso para el sostenimiento familiar, sin depender de subsidios o donativos que dependen del interés o el humor de autoridades, hicieron que pusiera manos a la obra.

De esta manera, en el primer año de esfuerzo logró su primera cosecha de frutilla, el rubro extendido en la zona, beneficiada por el tipo de suelo apropiado más agua y sol.

El terreno donde don Narciso desarrolla su trabajo se dedica especialmente a la producción de frutilla, que es ofertada a todo tipo de compradores a precio de regalo teniendo en cuenta el sacrificio que implica el cultivo y cosecha.

“Estoy dando solo a 15.000 guaraníes el kilo mi linda frutilla”, expresa con esperanza de venta.

Abordado por La Mira, el productor enumera los avatares de su rutina productiva y la ausencia total de asistencia del Estado a través de sus múltiples dependencias que supuestamente están para ayudar a la gente a trabajar, producir y generar su propio recurso en la lucha contra la pobreza.

En la eventualidad, la cooperativa suple en parte la necesidad de recursos con préstamos a baja tasa de interés y plazo extendido que son aprovechados por los que quieren trabajar para desafiar el miedo al fracaso confiando en su capacidad y espíritu emprendedor.

Como la frutilla es una producción temporal, don Narciso aprovecha el poco espacio disponible para dedicarse a otros rubros demandados por las amas de casa como lechuga, cebolla de cabeza, acelga, cilantro (kuratû) y cebolla de hojas, entre otros.

De esta manera, logra sacar frutos de la tierra generosa y trabajada con esperanza.

Con sabiduría heredada de sus mayores comenta que todos los tipos de tierra “sirven para algo” y que la gente que quiere generar recursos debe poner pecho a las dificultades y desafíos en la seguridad de que su esfuerzo valdrá la pena.

“Cada día significa una esperanza más que se nos presenta, en este caso para producir la tierra y obtener frutos”, comenta entusiasmado mientras expone orgulloso una canasta de frutillas rojas, dulces y jugosas recién cosechadas.

Las personas o empresas interesadas en adquirir las frutillas pueden comunicarse con don Narciso Cáceres, teléfono 0981-473461.

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