Bergoglio estrecha la mano de una mujer integrante de una agrupación de transexuales que recibió la bendición papal con el argumento de que «todos somos iguales ante Dios». La frase despertó polémica en las redes sociales.

Reacciones de variado calibre provocó este lunes el apoyo explícito del Papa argentino Francisco a una agrupación de personas “trans” que ejerce la degeneración sexual en Italia y acudió a la misa del Vaticano donde recibió la bendición de la autoridad máxima del Iglesia Católica con el argumento de que “todos son iguales ante Dios”.

La frase despertó todo tipo de críticas y opiniones, especialmente de personas de diversas confesiones cristianas que le hicieron recordar a Francisco que no todas las personas son iguales ante Dios.

“Yo trato de cumplir los sacramentos y la Palabra de Dios, que en una parte trata de anatema (maldito) a los que obran contra la naturaleza establecida por Dios, en este caso la relación sexual exclusiva dentro de la institución del matrimonio entre un hombre y una mujer, por lo que mal puede el Papa colocar en este mismo grupo a gente que, se sabe, obra en contra de principios de Dios”, comentó en su sitio social Dominica Caimen, devota de la iglesia Hermanos en Cristo.

Aclaró que la doctrina cristiana establece el perdón de las personas que practican la perversión sexual, “pero para ello deben arrepentirse de sus pecados y decidir llevar una vida saludable, esto es, según los sagrados principios de la doctrina de la Iglesia”.

En la vereda de enfrente, un colegiado multiplicado que hace causa común con la degeneración de nuestros tiempos levantó su voz de apoyo al Papa y a los transexuales, siguiendo la polémica expresión papal de que “todos somos iguales ante Dios”.

“El mundo ha llegado a una división violenta justamente debido a la desigualdad establecida por sociedades injustas que se niegan a aceptar la libertad consagrada por las Constituciones del mundo”, opinó Mariela Peña.

Samantha Larroza comentó: “Entonces para qué nos vamos a la Iglesia y tratamos de ser fieles seguidores de Cristo, si al final nos meten en la misma bolsa que los perversos y degenerados para dar el gusto a quienes practican y alientan tales cosas que, como sabemos todos, no verán la Gloria de Dios en aquellos días sino el castigo eterno en caso de que no hagan una vuelta de hoja, se arrepientan de su mala vida y encaminen su nueva vida por los senderos de la Palabra”.

El Papa ha sido criticado muchas veces por mostrar una actitud ambigua, tibia o directamente contraria a los designios cristianos, como es el caso de la ideología de género y del orgullo gay, que a pesar de constituir anatemas reciben el silencio cómplice de Bergoglio y su equipo vaticano que, en algunos casos, como la reciente bendición de personas transexuales que no alegaron arrepentimiento sino “derecho al trabajo libre”, significan lisa y llanamente una apología abierta a la perversión.

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