Astrea, postrada ante el poder. En esta lacerante situación se encuentra la justicia paraguaya, sometida al poder e influjo de la mafia, como lo ha demostrado con las irrisorias sentencias en el caso Audios.

En una maratónica jornada que durante meses mantuvo en vilo al Paraguay honesto, la justicia paraguaya dio una cátedra de sometimiento al poder al establecer sentencias declaradamente ridículas e irrisorias a acusados de asociación criminal y otros delitos en el sonado caso “Audios filtrados” que, básicamente, se trata de un esquema de perversión política-jurídica que ha buscado, y logró, arrodillar al Poder Judicial, a través de jueces a medida, para llevar técnicamente al opareí una causa con rigor documentado.

Se trata del sonado caso Electrofácil, donde emergen las figuras del ex senador colorado Oscar González Daher, y los abogados Raúl Fernández Lippman y Carmelo Caballero en un hecho punible de tráfico de influencia y otros delitos que, según la voluminosa y contundente carpeta fiscal, buscó pervertir el proceso investigativo para blanquear a directivos de la citada empresa señalados de perpetrar una colosal estafa y buscar impunidad a través del poder, por entonces enquistado en el Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados (JEM), donde González Daher ejercía de titular.

Los tres acusados fueron sentenciados a penas menores de 3 años de prisión, excarcelables, el mismo castigo establecido para ladrones de gallinas.

De esta manera, con el repudiado fallo del Tribunal de Sentencia amañado presidido por Héctor Capurro, la mafia ganó nuevamente en Paraguay, país considerado uno de los más corruptos del mundo.

La carpeta fiscal, que según el juez Capurro adolece de rigor probatorio a pesar de las documentaciones obrantes en fojas, revela el esquema de perversión jurídica de alta gama que se trafica en los altos círculos del poder político-judicial.

A través de audios filtrados, despreciados en juicio, se ha demostrado con suficiencia cómo los inculpados hicieron gala de su influencia para buscar impunidad a los amigos, posiblemente a cambio de millones, a través de jueces y fiscales venales.

Las evidencias revelan que, antes de que Electrofácil fuera vendida a la multinacional Unicomer, la empresa vinculada al blanqueado Luis Saguier Blanco creó arteramente una cartera de créditos que simulaba voluminosas operaciones con el fin evidente de presentar un falso perfil de disponibilidad y solvencia.

Lo que viene después es una serie de película acerca de los movimientos realizados por el grupo delictivo empresarial con la complicidad del poder político para llevar el caso a la impunidad.

En este escenario surge el rol protagónico de la justicia paraguaya con sentencias repudiables que, como pocas veces, ha generado una oleada de repulsión ciudadana, como si la pandemia y el desastre generado a nivel de gobierno, con el mar de denuncias de inoperancia, latrocinio e ineficiencia, no fueran suficientes.

Compartir:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *