«El dolor de nuestra Patria no es por las acciones de Estados Unidos, ni por la actuación de su embajador aquí en Paraguay, sino por la genuflexión del Gobierno», dispara el indignado tras alertar sobre las graves secuelas de la injerencia norteamericana.

Luis María Benítez, paraguayo y abogado. Así dice la presentación de un indignado social que este viernes postea una singular interpretación de hechos que atentan contra la soberanía y autodeterminación de la República del Paraguay y que tienen como protagonista al gobierno de Estados Unidos, a través de su reprochable embajador.

En honor al autor, reproducimos el material de marras en toda su extensión:

«Siempre he admirado a los ‘grandes países’, los que solemos llamar desarrollados y cultos. Y debo aclarar que, entre esos países, Estados Unidos de América tuvo un lugar especial, y lo sigue teniendo, en ese espectro mío de admiración.

«La razón es muy sencilla: Un país con una diversidad de razas, religiones y culturas ha tenido muy claro una cosa desde sus inicios como nación libre: SUS INTERESES, y lucha por ellos dentro y fuera de su territorio.

«Es decir, es un país que sabe adónde va y se abre paso hacia ello, a veces con actuaciones muy poco ortodoxas, pero sabe, repito, adónde quiere ir. Por ello entiendo perfectamente su abierta política de intromisión en asuntos internos de otros Estados (repito, para que se entienda, defiende sus intereses, pero con un discurso siempre, siempre en pro de los derechos humanos, de la libertad, etc. etc.).

«El dolor de nuestra Patria no es por las acciones de Estados Unidos, ni siquiera por la actuación de su embajador aquí en Paraguay, sino por la genuflexión del Gobierno.

«La Constitución Nacional dice: El Gobierno es ejercido por los Poderes Legislativo, Ejecutivo y Judicial en un sistema de equilibrio y recíproco control, pero nos ha defraudado a todos los paraguayos.

«El Gobierno actual ha demostrado su legionarismo al extremo, vendiendo a la Patria por intereses ajenos, con tal de beneficiarse unos con la prometida impunidad posterior, y otros por obtener unos miserables réditos que no los pueden obtener por las urnas. 

«¡Intereses privados! Por ello no merecen mi consideración y respeto.

«El Derecho, que tantos esfuerzos y vidas humanas costó para que pudiera abrirse camino desde los tiempos de los romanos, ha quedado mutilado. El derecho a la defensa, conocer detalladamente la causa de alguna imputación, así como el disponer de medios, copias y plazos han quedado a la deriva y ni qué decir de la constitucional PRESUNCION DE INOCENCIA.

«Como hombre de Derecho debo alzar mi voz de protesta porque mis estudios y la propia ley han quedado sin efecto. Valen más el chisme, los oscuros susurros, la difamación, la calumnia, la injuria, los gritos más fuertes y la opinión de la prensa (que últimamente nada tiene de objetiva).

«Algunas personas tienen ‘ataques epilépticos’ de felicidad por esta abierta intromisión y con algarabía lo festejan, sin imaginar siquiera que esa misma arma inmisericorde, ilegal y bastarda les puede afectar posteriormente.

«Si renunciamos a nuestras leyes renunciamos a nuestra soberanía, renunciamos a ser respetados, renunciamos a la libertad de autodeterminarnos.

«Ni siquiera en los terribles tiempos de la guerra de la Triple Alianza hemos sido humillados de tal manera, no por otro país, sino por unos hijos indignos que nos venden, o mejor, nos han regalado.

«Este posteo no es a favor de nadie y NADIE puede llamarme planillero, hurrero ni seguidor de otra persona pues jamás me serví del Estado ni he dañado a mi prójimo por corrupción, licitaciones ni prebendas.

«Nuestra insigne bandera tricolor está moralmente a media asta, pues está de duelo la Patria. Pocos se dan cuenta, y algunos inclusive lo festejan, pero lo cierto es que se trata de una situación que lamentaremos más temprano que tarde, y quedará en la conciencia de aquellos que reaccionan con tibieza, porque a los que se aprovechan de esto pronto los harán pagar con más rigor y menos libertad, porque así se trata a los ESCLAVOS.

«Si así seguimos, jóvenes, no estudien Derecho por favor porque será una carrera sin futuro. 

«El Paraguay tal vez no sea un país perfecto, pero solo los paraguayos tenemos el derecho y la obligación de hacerlo mejor para nosotros y para nuestra descendencia».

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