El ministro Giménez es el «enemigo de turno» de la alianza opositora-mediática que reivindica a personas desviadas sexualmente, como parte de una agenda que impulsa con vehemencia la perversión social y la destrucción de la familia con la ideología de género.

Tendencia arrasadora sacude este miércoles en las redes sociales las divulgaciones masivas y vehementes de los holdings mediáticos de Asunción que disparan artillería verbal contra el Gobierno nacional, Santi Peña y Horacio Cartes, en ese orden, y especialmente contra el ministro de Agricultura y Ganadería, Carlos Giménez, luego de que este secretario de Estado estableciera órdenes de aplicación en una institución agropecuaria de San Pedro y pusiera la cruz a la perversión homosexual patentada como ideología de género.

El integrante del Gabinete reconoció públicamente ante estudiantes en la habilitación del año lectivo que la naturaleza divina ha concebido solo dos géneros humanos, conocidos como hombre y mujer, y que seres que responden a otro tipo de género no tendrán cabida en esa escuela de agricultura y ganadería donde se aprenden técnicas y praxis exitosas de producción.

De inmediato, sin pérdida de tiempo, la colectividad globalista se puso de pie para exhalar alaridos de protesta acompañados de artillería verbal de grueso calibre contra lo que calificaron de “grave disfunción de la gestión pública” mientras corifeos políticos al servicio de los medios reclamaron al unísono la destitución del ministro y, de paso, un análisis sobre la eventualidad de solicitar juicio político (el sueño dormido) del presidente Santiago Peña.

“Lo que hizo el ministro fue solamente hacer pública la percepción del 90 por ciento de la población paraguaya, que confiesa la religión católica, con respecto a la ideología de género, y lo que dice Dios sobre los degenerados”, disparó este martes en las redes sociales una indignada que se manifestó “al servicio del cristianismo”.

Alma Soledad Muñoz posteó: “La enorme mayoría de la población no podemos quedarnos de brazos cruzados mientras un grupete de degenerados que pontifica sobre degeneración sexual pretende marcar nuestra hoja de vida y enseñar a ponernos de rodillas ante los desviados”.

Otros integrantes del observatorio ciudadano coinciden en señalar que en su momento el Paraguay se puso en pie de guerra contra la Agenda 2030 y que, lejos de arriar su bandera multicolor, los pasajeros del colectivo lgtb utilizan los cordiales servicios de los medios aliados para tratar por las buenas o por las malas de instalar la cultura y práctica de perversión sexual en la sociedad paraguaya.

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