Los medios quieren el poder real con la ayuda de otros poderes fácticos, advierte el ex senador, tras afirmar que el mismo ha sido víctima de «chismes» urdidos por la oposición para ser destituido del Senado.

El ex senador Víctor Bogado, despojado de su investidura parlamentaria en el 2019 tras un escándalo de proporciones por supuestos hechos de corrupción contenidos en el libelo acusatorio presentado por sus entonces colegas de la oposición Gilberto Apuril y Patrick Kemper, abandonó sorpresivamente su largo silencio para declararse víctima de persecución política como lo hace la ex senadora Kattya González y, a diferencia de esta, con la prensa aliada en su contra.

Bogado, quien se dedica a la actividad privada, disparó munición gruesa contra la armada mediática, a la que culpó de su destitución, y dijo que el mismo fue víctima de la prensa interesada que mira según sus propios intereses para concentrar su artillería en selectos blancos de tiro.

El ex parlamentario colorado fue más allá y denunció que el interés de los grandes holdings mediáticos se ha salido del carril netamente profesional para desviarse hacia proyectos políticos activos.

“Ya no se conforman con disparar a quemarropa contra adversarios-enemigos de turno, sino quieren el poder real”, advirtió Bogado, tras alertar acerca de señales claras que exponen el objetivo mediato de los millonarios dueños de las empresas periodísticas del Paraguay.

Dijo que no debería extrañar cómo los canales de televisión, radios y diarios de Asunción, preferentemente, se ponen de acuerdo para tirar proyectiles verbales de grueso calibre contra todos los que ellos consideren antidemocráticos, dictadores o fascistas, según sea el grado de daño o riesgo que podrían significar para sus millones.

“Quieren abandonar la condición de poder fáctico para tentar el poder real de la República”, recalcó el ex senador al referirse a la prensa paraguaya, especialmente los holdings mediáticos con enorme poder económico.

En comparación a la destitución de la senadora Kattya González, expresó que “a mí me condenaron por chisme, no hay pruebas ni documentos que comprueben las denuncias en mi contra”.

«El papel lo aguanta todo, pero tengo la conciencia tranquila porque no trafiqué influencias ni cometí cualquier otro tipo de delito», apuntó.

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