Mientras OFAC hacía causa común con la embajada de EE.UU., el diario más influyente de ese país se hacía eco del feroz rapiñaje de Marito, quien en esta foto del diario HOY es escrachado y tildado de «rata» por indignados ciudadanos.

En ausencia del presidente de la República, Santiago Peña, quien se encuentra en viaje oficial a España, el Departamento de Estado norteamericano envió en misión de “trabajo” a agentes de la OFAC (oficina de control de activos y contra el lavado de dinero fuera de EE.UU.) con el objetivo de mantener las antenas en alerta acerca de temas de corrupción y el lavado de dinero que, según secretos a voces, compromete seriamente a grandes empresarios de holdings que se mantuvieron herméticamente inmunizados durante el gobierno del amigo Marito quien, por su parte, también fue blindado por la propia OFAC que se negó a ver las multimillonarias rapiñas de los fondos del covid (unos 3.200 millones de dólares) en plena pandemia, lo que ha sido considerado como uno de los robos más infames de la historia delictiva del Paraguay.

El desastre en infraestructura y calidad de servicios en salud pública, educación y seguridad también es endilgado a Marito, mientras la armada mediática mira para otro lado y reclama solución de un día al gobierno actual, en una clara muestra de infamia artera e interesada.

La OFAC opera desde el local de la legación diplomática americana donde oficia de anfitrión el embajador tachado de violar la soberanía del Paraguay y de involucrarse de forma directa con la alianza opositora y mediática, que viene de desarrollar una de las campañas políticas más violentas y denigrantes, por decir lo menos, contra el “enemigo” electoral cartista que, de forma inversamente proporcional, ganó estrepitosamente las elecciones tras asestar una derrota humillante y estrepitosa a los amigos globalistas, llámese liberalismo efrainista, abdismo añeteté, luguismo y armada mediática.

Hace poco más de un año, la misma OFAC sí vio en pantalla gigante la corrupción en carpas del expresidente Horacio Cartes y del entonces vicepresidente de la República, Hugo Velázquez, quienes fueron calificados de “significativamente corruptos” junto con otros acusados, todos colorados y ni un solo opositor ni dueño de medios, ante el delirio estrepitoso de anticolorados que no podían encontrar freno para el apoteósico momento.

Cae de maduro que el raro embajador ha tenido voto significante en las sanciones recibidas por los jerarcas colorados de parte del gobierno de Estados Unidos, que nunca se preocupó en investigar las maniobras de Abdo Benítez, considerado por entonces amigo del alma del embajador quien, como resultado, recibió la llave de la República del Paraguay para hacer y deshacer en libre albedrío ante el aplauso mediático afín.

Miembros del observatorio ciudadano hacen apuestas sobre el famoso uniforme color naranja usado por los presos en Estados Unidos y señalan que calzará perfectamente a Marito y sus amigos, entre ellos el polémico político liberal Efraín Alegre y algunos dueños de holdings de comunicación señalados desde hace décadas de estar vinculados de alguna manera al crimen organizado, especialmente el lavado de dinero y el contrabando, manteniéndose impunes a cambio de silencio.

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