Ciudadanos que critican el ninguneo de la educación superior en la época de Marito piden que Santi frene el festival de habilitaciones de universidades de garaje que otorgan títulos de médico de forma extendida, sin que los nuevos profesionales cumplan con requisitos esenciales.

La noticia de que el Cones (Consejo Nacional de Educación Superior) manipulado por una mafia de políticos y empresarios sin escrúpulos dio su bendición para la apertura de otras cuatro facultades de Medicina llena de espanto a profesionales médicos formados en universidades competitivas del país o el exterior.

“La ciudadanía que acude en busca de cura a su dolencia en brazos de seudo profesionales mal-formados en universidades absolutamente incompetentes configura un panorama tétrico para la sociedad paraguaya”, disparó este viernes un conocido doctor en medicina abordado por La Mira.

Nuestra fuente, que pidió el anonimato para no involucrarse, según dijo, “en una discusión donde ya sabemos quién va a ganar” en alusión a la rosca política “que mantiene esos antros de negligencias en cadena”, disparó munición gruesa contra el Cones, “la entidad supuestamente formada por maestros académicos que en la práctica habilita cualquier cosa y se mantiene a costa de la influencia del poder y el dinero”.

De acuerdo a los datos, en la República del Paraguay “operan” nada menos que 43 facultades de Medicina (45 filiales) que no reúnen requisitos esenciales de infraestructura y profesores, a más de la falta de locales adecuados de práctica, por lo cual “egresan” prácticamente a ciegas y de esa forma se encargan de las atenciones de salud, con casos repetidos de muertes o alguna otra secuela de la falta de idoneidad que, casi en el 100 por ciento de los casos judiciales, termina con la impunidad.

Estos días, de nuevo el Cones es noticia tras haber habilitado para la enseñanza de medicina nada menos que en 4 nuevos locales, entre ellos algunos ubicados en facultades de frontera, adonde acuden millares de jóvenes brasileños en busca de ansiado título de médico, aunque desconociéndose la suerte profesional de los mismos.

En Brasil, estudiar medicina es, a lo menos, tres veces más caro que en Paraguay, razón por la cual los estudiantes del vecino país acuden en masa a cualquier facultad paraguaya para matricularse y tratar de terminar la carrera en cualquier garaje convertido en universidad, sin importar mucho la calidad educativa y otros “detalles” como lugares de práctica, fundamental en la formación académica.

“Si ahora mismo tenemos graves problemas con la mala praxis médica, nos imaginamos lo que se viene en un futuro cercano, cuando los nuevos médicos procedentes de establos que ofician de universidades salgan a brindar servicios de mala calidad”, apuntó Leónidas Aponte, familiar de una paciente consultada por nuestro diario en un hospital público de Asunción.

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