Bañistas disfrutan del entorno apacible, fresco, entretenido y saludable del río Piribebuy en Arroyos y Esteros. El frecuentado lugar puede desaparecer por culpa de un basural maloliente ante el relajo de autoridades acusadas de patéticas e insensibles.

Este domingo, así como viene ocurriendo desde hace décadas en cada verano, las aguas del río Piribebuy en la zona de Arroyos y Esteros vuelven a llenarse de bañistas que encuentran un lugar encantador, fresco, seguro y rodeado de vegetación donde descargar de forma divertida y amena la carga de calor que deben soportar en la rutina diaria.

Metros más allá de la playa de arena repleta de familias enteras, jóvenes y niños especialmente, pescadores procuran apacibles algún karimbatá o tarey’i para completar la jornada con un nutritivo pirá caldo.

En otro punto, centenares de vehículos de todo tipo, entre ellos los provenientes de Brasil por la ruta que comunica con las fronterizas Pedro Juan Caballero y Salto del Guairá, de desplazan a destino con un guiño al emblemático río, fuente de entretenimiento histórico de familias enteras y fuente de inspiración de cantantes y poetas.

Todo esto en poco tiempo puede pasar al archivo, si de forma inmediata las autoridades nacionales, departamentales y de la ciudad de Arroyos y Esteros no se visten de patriotas y asumen la dolorosa realidad de una crónica de muerte lamentable que representa la construcción de un vertedero gigante apenas a 700 metros de la boca del río y en las cercanías de un centro de salud, escuelas e innumerables recursos hídricos en una zona rica en naturaleza y vida sana.

“Evidentemente, acá hay mucho dinero e influencia de por medio porque de otra manera no es posible creer que ellos estén tan seguros de que este enorme depósito de basura maloliente de todo el departamento de Cordillera que ya empezaron a construir no ocasione daños terribles e irrecuperables a la flora, la fauna, los recursos hídricos, el medio ambiente en general y populosas comunidades donde funcionan centros sanitarios y escuelas”, lamenta con tristeza una indignada social.

Abordada por La Mira, la representante de las víctimas, como ella se define, narra entretelones de un proyecto realizado entre cuatro paredes, a espaldas de la gente, y en contra del interés mayoritario.

“Acá nadie fue consultado, sino un día vimos hombres a quienes no conocemos y máquinas realizado movimiento de tierra en un lugar prolífico en naturaleza y vida. Tuvimos que enterarnos por boca de terceros que estaban urdiendo un plan maquiavélico y extendidamente perjudicial para la gente de Arroyos y Esteros, y también para Tobatí, entre otros lugares que con seguridad acusarán los golpes de este proyecto”, añadió nuestra fuente.

“Este domingo vemos cómo la gente va inocentemente a bañarse, recrearse y relajarse en el río Piribebuy, pero pronto veremos cómo ese lugar morirá a causa del vertedero, por lo cual exigimos al gobierno del presidente Santiago Peña a reaccionar de forma inmediata para detener esta obra antes de que sea demasiado tarde”, remarcó la luchadora arroyense mientras observaba su entorno y dejaba escapar visibles lágrimas de dolor.

“Que sepan que vamos a luchar hasta las últimas consecuencias”, disparó.

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