Parte del moderno y eficiente esquema tecnológico de seguridad de la Ciudad de Buenos Aires, observado por el próximo ministro del Interior para replicarlo en nuestro país, donde la delincuencia y la criminalidad mantienen postrada a la población.

En medio del terremoto diario de denuncias de robos y asaltos que según el propio gobierno mantiene un promedio de 9 casos por hora, el gobierno electo no para y ha decidido de antemano enviar al próximo ministro del Interior, Enrique Riera, a Buenos Aires, Argentina, para observar el esquema de lucha exitosa que mantiene el gobierno de esa ciudad contra la escalada de casos parecidos a los de Paraguay, y sacar conclusiones de valor para establecer mecanismos de réplica inmediatos en nuestro país, que se encuentra arrodillado ante la delincuencia urbana y rural, sin ningún ánimo de solución.

Riera fue atendido por autoridades del gobierno de la ciudad de Buenos Aires, quienes exhibieron la tecnología utilizada y la estrategia de combate a la delincuencia y la criminalidad que, como es sabido, ha trepado a niveles exorbitantes en la metrópoli porteña, instalando una estela de temor colectivo que, según se supo, muestra signos de mejoría con medidas radicales y contundentes.

El ministro nombrado destacó el avance que han logrado los argentinos en materia de lucha contra la delincuencia urbana, y la necesidad de aplicar de inmediato fórmulas exitosas en nuestro país para bajar los elevados índices de pandillerismo, suficientemente ilustrados en todos los noticiarios de los medios.

Una de las primeras medidas de fondo adoptadas por Riera ha sido la multiplicación de agentes del Grupo Lince en las calles.

Se trata de una agrupación especializada en la respuesta rápida y efectiva de denuncias de bandidaje, tanto a nivel urbano como rural.

Comenzó su trabajo durante el gobierno de Horacio Cartes, pero con la asunción de Mario Abdo Benítez al poder de la República los Lince han sufrido un inestimable bajón como producto de la persecución implacable de Marito a Cartes y todo lo vinculado al ex presidente de la nación.

El resultado inmediato fue el aumento tangencial de la delincuencia y la criminalidad que rebasó la endeble incapacidad de la seguridad pública con efectos directos y catastróficos sobre la población, que de esta manera sufre las consecuencias del desgobierno de Marito, aunque mantiene la esperanza viva de que la situación va a mejorar durante el gobierno que se avecina.

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