Escuelas de Canindeyú conforman el primer eje de estudios sobre narcoadicción escolar en comunidades indígenas, que incluye instituciones escolares de Departamentos con informes sobre prevalencia del azote adictivo en niños y adolescentes nativos.

El Observatorio Paraguayo de Drogas, dependiente de la Senad, inició el relevamiento de datos sobre indígenas involucrados en la actividad adictiva a través del consumo de sustancias prohibidas.

Las actividades se realizaron en centros educativos de comunidades nativas del Departamento de Canindeyú donde, según las referencias, existen casos multiplicados de denuncias sobre drogadictos, de entre muchas otras comunidades del país inmersos en este azote social cuyos efectos salpican de alguna manera a toda la nación.

Los responsables de llevar adelante el trabajo de campo invertirán alrededor de 50 días de tareas a nivel nacional, informó la Senad.

El estudio pretende describir ampliamente el consumo de sustancias psicoactivas en la franja educativa escolar a nivel público y dar un contexto a las cifras que servirán para generar estrategias de atención a los problemas derivados de la problemática en las comunidades indígenas.

“Con este estudio, Paraguay ingresará a la lista de países que contarán con un diagnóstico de la situación, a su vez, se pretende dar respuestas consolidadas con miras a la acción concreta”, afirma la institución antinarcótica del Estado.

Los trabajos en el departamento de Canindeyú se extenderán a  localidades como Curuguaty, Yasy Kañy, Yby Pytã, Yvyrarovana, Fortuna, La Paloma y Katuete.

De acuerdo a los datos, la población indígena del Paraguay es considerada la más postergada de entre los pueblos nativos de América, como resultado de la ausencia del Estado y la falta crítica de políticas públicas que hagan empatía con la situación de postración que enfrenta esta gente desde tiempos inmemoriales.

“Se trata de miles de paraguayos con los mismos derechos que nosotros que viven como parias en su propia tierra y no tienen acceso siquiera a servicios básicos sustentables sino son utilizados como mercancía electoral previo a cada jornada eleccionaria, cuando son comprados a mansalva por políticos oportunistas y adinerados solo para satisfacer sus ansias de poder”, señala sobre el punto un agente social abordado por La Mira.

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