El clan del ex diputado Capurro en el Estado, con salariazos y sin concurso. En caso de ser sancionada la Ley Antinepotismo estos recomendados deberán ser echados sin trámites. La oposición se come la cola en su ira contra el cartismo. (Imagen, diario Ultima Hora).

Dos altos dirigentes efrainistas por el departamento de Misiones cuentan con 33 parientes repartidos en diferentes dependencias de la función pública, algunos desarrollando actividades inventadas por sus padrinos devenidos en políticos y otros sin dejar rastros de presencia o trabajo alguno en las dependencias donde fueron nombrados con salariazos.

El ex diputado liberal misionero Asa González cuenta con un ejército de 17 familiares distribuidos en instituciones estatales con sueldos competitivos y no se tiene referencia laboral de muchos de ellos por lo que serían planilleros, señala un medio abdista en base a una investigación periodística sobre el tráfico de influencia feroz que opera en la función pública.

Otro jerarca que se desempeñó como diputado nacional por el efrainismo es Hugo Capurro quien, de acuerdo a los datos, logró colocar nada menos que a 16 parientes directos en cargos del Estado y en el propio Congreso nacional.

Se da por descontado que otro regimiento de amigos, ahijados, excompañeros y vecinos de Capurro fueron ubicados en puestos laborales negados a la gente común, donde los interesados son obligados a sortear vallas y trampas para obtener un mísero puestito mal pagado, en contraposición a los recomendados a quienes se les ve en cómodas oficinas haciendo pasar el tiempo en espera del abultado salario de fin de mes, mientras los funcionarios “de a pie” deben ser cautelosos para no molestar a estos empleados vip, so pena de severas sanciones.

Legisladores de todos los partidos políticos cuentan con una clientela estelar de recomendados en cargos del Estado, y hasta el momento son intocables.

En la trastienda, se moviliza actualmente una organización integrada mayormente por opositores, oenegesistas y personas que quedaron sin zoquetes tras la derrota en las pasadas elecciones que buscan hacer justicia con los casos multiplicados y abusivos de nepotismo, especialmente en el Congreso nacional donde comenzó a moverse el avispero con críticas a los llamados “nepobabies”, hijos de papá que han sido ubicados en pomposos cargos con salariazos sin necesidad alguna teniendo en cuenta la superpoblación de empleados en el Poder Legislativo.

“¿Qué vienen a hacer acá?”, protestó con ira una antigua funcionaria del Senado luego de tomar conocimiento del batallón de “nepobabies” que inundó las ya atiborradas oficinas del Congreso luego de las elecciones de abril pasado.

“Acá ya no hay nada que hacer; encima a veces pasamos semanas sin ninguna actividad más que manipular nuestros celulares esperando la hora de salida”, comentó otro funcionario en medio de la desesperación por la falta de espacio físico que se presenta debido precisamente a la superpoblación de empleados.

“Si se va a cumplir una ley contra el nepotismo, el Congreso nacional del Paraguay se quedará totalmente vacío”, masculló otro funcionario al apuntar que el 100 por ciento de las personas que cumplen funciones en ese antro de corrupción proviene de la cartela clientelar familiar.

Mientras tanto, los comunes deben esperar nuevos tiempos con justicia social y oportunidad para todos, sin más méritos que la idoneidad y capacidad para el ejercicio de sus actividades.

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