¿Quién o quiénes se juegan por esta mujer? es la pregunta que emerge tras la nueva orden de captura librada por la justicia paraguaya. «Hasta un líder de Hamás es hallado, pero a ella nadie la encuentra», opina un indigado social.

Poco o nada ha cambiado el expediente de la misteriosa Dalia López desde que hace casi tres años fuera hallada con contundentes evidencias de desarrollar una vida prolífica en actividades de variado calibre y, al mismo tiempo, sospechosa de estar metida en negocios negros que nunca han sido intervenidos por las fuerzas de seguridad públicas sino todo lo contrario: persiste el rumor generalizado de que la propia Fiscalía y la Policía mantienen a esta escondida mujer encerrada bajo siete llaves, fuera de la vista de extraños.

Dalia colapsó la atención pública nacional e internacional luego de que su nombre saltara como posible responsable de proveer documentación falsificada a la estrella del fútbol Ronaldinho, quien luego de ser abordado por la Policía en el aeropuerto de Luque en su malogrado «viaje solidario» al Paraguay alegó desconocer detalles esenciales de la cédula de identidad paraguaya que el mismo ostentaba en el momento de sortear los controles del Silvio Pettirossi.

El culebrón no tardó en copar las redes sociales más los medios periodísticos de Paraguay y gran parte del mundo, teniendo en cuenta la trascendencia del caso, que involucraba a uno de los mejores jugadores de fútbol profesional del planeta.

A las preguntas de las autoridades aeroportuarias se sumaban incansablemente las críticas de internautas que, airados pero no extrañados ante el caso que se sumaba a las denuncias multiplicadas de corrupción y transas en este país, reclamaba verdad y justicia.

Que la ley está hecha para los poderosos en la República del Paraguay no hay duda, y a las pruebas se remitía el sonado “Caso Dalia”, donde Ronaldinho debió dar la cara y enfrentar los rigores de las críticas que, aunque direccionadas hacia los verdaderos responsables del caso, eran apagadas en ámbitos tribunalicios y policiales con la evidente inacción para encontrar a la mujer que enfrentaba orden de captura internacional tirada con piolita.

El hecho denunciado ocurrió en los primeros días de marzo del 2020 y actualmente, un par de meses antes de cumplirse tres años, se mantiene en el más oscuro anonimato, especialmente en lo referente al paradero de la principal sospechosa, Dalia López, de quien se han tejido decenas, tal vez centenares o miles de versiones y conjeturas sobre su paradero y los hilos de la inmunidad que la mantienen bien encubierta.

Estos días saltaron en los medios informaciones sobre la búsqueda que la Policía internacional realiza de la misteriosa mujer en nada menos que 192 países del mundo, donde emerge sospechosa la inutilidad de las fuerzas policiales para atrapar a la “buscada” quien, de acuerdo a fuentes de su propio entorno, está bien cuidada por un regimiento de jueces, fiscales y policías movidos al compás de la coima y el tráfico de influencia con fuerte protagonismo del dinero y el poder.

“Evidentemente, no la quieren encontrar”, postea este jueves en su sitio social un indignado social, tras alegar que tras enterarse del supuesto rastreamiento de Dalia López en el planeta Tierra lo primero que se le vino a la cabeza es qué y cómo hace la mujer con orden de captura para mantenerse oculta cuando incluso terroristas de Hamás son encontrados sin muchas vueltas en ambientes extremadamente hostiles y complicados.

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