Osfield da indicaciones a su amigo (¿cómplice?) Abdo Benítez, quien según acusaciones le dio al embajador las llaves del Paraguay para hacer lo que quiera, en una clara injerencia en asuntos internos de un país que debe ser sancionado por violar normas rígidas del rol diplomático.

Un escenario idealizado como posible pero difícil de probar fue confirmado por un medio periodístico de Estados Unidos que puso contra la pared la cuestionada gestión del ahora exembajador de este país en Paraguay, Marc Ostfield, acerca de su involucramiento directo en cuestiones de exclusiva competencia de la República del Paraguay como país libre e independiente, transgrediendo de forma abierta y artera sus obligaciones como diplomático acreditado ante nuestro país, con todas las prerrogativas y beneficios.

El periodista del Diario Las Américas, de la ciudad de Miami, Estados Unidos, Daniel Castropé, afirmó en un escrito firmado por el mismo que Ostfield “incurrió en una clara injerencia en cuestiones internas, saliendo del marco diplomático al que se debe limitar cumplir”.

“Lo que observamos es la clásica injerencia de un embajador en los asuntos internos de un país, hablar de corrupción, hablar de falta de transparencia, mencionar a una famosa tabacalera. En toda la gestión que estaba realizando ese embajador es una acción que se sale de su marco de trabajo, de su marco diplomático”, sostuvo en una entrevista con la emisora paraguaya la 650 AM, divulgada también por las redes sociales.

Según la información, esta “injerencia” se da por parte de un funcionario y no por parte de un gobierno al cual representaba en Paraguay.

“Desde mi punto de vista, muy particular, (la actitud del polémico embajador presentado ante la opinión pública como esposa de un hombre de su misma nacionalidad) tipifica una injerencia no tanto de un gobierno, sino de un funcionario diplomático que quiere tomar un rol protagónico en un país”, opinó.

El periodista del conocido medio periodístico norteamericano fue más allá al señalar que Osfield se trata de un diplomático “que estaba haciendo las cosas por fuera de un marco de restricciones por parte de su propio gobierno, ¿buscando qué?, ¿protagonismo?, ¿trabajar de una manera subrepticia?, con algunos intereses creados”.

Por lo expresado, Castropé remarcó que Ostfield no cumplió con su rol diplomático, ser el canal entre ambos países y trabajar con el país en el que se encontraba.

“Este tipo de acciones no son nada normales por parte de un diplomático. Un diplomático tiene que ser un canal, tiene que trabajar con las instituciones del país anfitrión, y lo que estaba haciendo este señor (Ostfield) muestra todo lo contrario”, sentenció.

La filtración de un documento enviado por el exembajador de Estados Unidos en Paraguay, Marc Ostfield, al Departamento de Estado, da cuenta de que el diplomático tenía una férrea alianza con el presidente Mario Abdo Benítez (2018-2023), expresa por su parte el diario La Nación, de Paraguay.

Esta sociedad confirma la estrecha cercanía y colaboración (del entonces embajador Ostfield) con el gobierno de Mario Abdo Benítez “para desatar una perversa persecución contra el expresidente Horacio Cartes”, apunta La Nación, vinculado al oficialismo colorado cartista en el poder.

Cabe señalar que tanto el abdismo como la gavilla líbero-zurda incrustada en la oposición han negado hasta el cansancio el involucramiento de Osfield en la política interna del Paraguay, defendiendo al mismo tiempo la «amistad» férrea entre el diplomático y el gobierno «para instalar la democracia» en el país, que resultó en un ataque inmisericorde y perverso contra el cartismo que se mantiene impune con la complicidad desembozada de medios amigos favorecidos en su momento con dólares multimillonarios en concepto de licitaciones amañadas, entre otros pingües negocios con la plata pública.

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