
Líquido cloacal nauseabundo arrojado desde la Penitenciaría de Emboscada discurre entre la vegetación aledaña y desemboca en el río Piribebuy. La situación puede degenerar en cualquier momento en una contaminación de impredecibles consecuencias.
El vertido directo de venenosas aguas negras al río Piribebuy por parte de la Penitenciaría Nacional de Emboscada coloca a toda la zona, en un primer lugar, en una situación de contaminación de graves dimensiones, evidenciaron autoridades municipales de esa ciudad ubicada a 45 kilómetros de Asunción que, según afirman, está a un paso de experimentar un ecocidio de impredecibles consecuencias.
Encabezados por el intendente municipal, Silvio Andrés Peña, las autoridades emboscadeñas recorrieron en toda su extensión el lugar donde la Penitenciaría vierte sus aguas residuales, levantando pruebas serias y rigurosas acerca del crimen ambiental.
Peña atribuyó al Gobierno nacional la situación generada porque, según dijo, la Municipalidad a su cargo ha elevado en tiempo y forma sus informes, quejas y pedidos de intervención, sin que obtuvieran respuesta.
Abordado por La Mira, comentó que fueron los propios vecinos del penal mayor del país quienes, alarmados por los olores nauseabundos provenientes del entorno penitenciario, provocaron su reacción e hicieron llegar sus protestas a la Municipalidad, luego de que autoridades penitenciarias pasaran por alto las evidencias presentadas por los afectados.
“Como nadie hizo caso, emprendimos como Municipalidad una función que no nos compete directamente a nosotros sino al Ministerio del Medio Ambiente (Mades), y a organismos ambientalistas que abundan en el país, y como resultado pudimos comprobar fehacientemente el esquema criminal de vertido de residuos cloacales en la cuenca del río Piribebuy”, disparó Peña.
Añadió que la exuberante flora del entorno penitenciario que rodea el río está “regado” por líquido fecal, y que la abundante fauna prácticamente ha desaparecido.
Peña alegó que el Piribebuy desemboca en el río Paraguay.
“Imaginen el peligro terrible que acecha sobre los exuberantes recursos hídricos de toda la región y las localidades circundantes, incluidas centenares de personas que viven del río, entre ellos pescadores y ni hablar del turismo”, apuntó.
Añadió que las evidencias colectadas se encuentran en poder de la Municipalidad, a disposición del Mades, el Ministerio de Justicia y organizaciones no gubernamentales (ONGs) “por si les alarma la situación y se decidan a hacer algo al respecto”.
De parte de la comuna a su cargo, el intendente dijo que hará su parte de denuncia y reclamo urgente de solución.
“Hasta ahí es donde podemos intervenir, porque no tenemos las atribuciones ni las herramientas para detener, prevenir ni resolver ese problema, que requiere de una estrategia de gestión de grandes dimensiones y recursos millonarios vedados a la administración municipal”, advirtió Peña.

