En poco tiempo, de seguir la tendencia alcista de la carne, platos tradicionales atractivos como la milanesa solo podrán disfrutarse en fotos, comentan amas de casa decepcionadas por los precios estratosféricos de la proteína roja.
El escenario de la carne se torna nuboso en vísperas de la estratégica reunión que sostendrán este lunes autoridades del gobierno nacional y referentes del sector privado involucrado en el negocio de la carne, quienes pondrán sobre la mesa la situación que enfrentan los actores de la producción, por un lado, y por otro la crisis generada en la alimentación ciudadana por el alto costo de la proteína roja, que gana impulso en las nubes y no muestra síntomas de aterrizaje.
Los principales puntos a ser tratados se limitan a los reclamos de los ganaderos, que insisten en la necesidad de sincerar los costos de comercialización y ganar mercados premium o compradores de alta gama.
En medio del reclamo surgen voces de protesta por la informalidad técnica en que se desenvuelve la productividad pecuaria nacional debido a la falta de reglas específicas señaladas en un postergado proyecto llamado Instituto de la Carne, que duerme en la burocracia a pesar de la sonora retórica expuesta puntualmente por sucesivas directivas de la ARP, principal referente del sector cárnico.
A todo esto, se suman temas vinculantes como la falta de acceso a la información sobre el negocio de la carne, falta de datos puntuales de faenamiento diario, destino de venta de la hacienda, rinde del animal y precio de venta de la carne, según informes de medios independientes.
Para empeorar el panorama, el senador nacional Salym Buzarquis sacudió el ambiente del negocio ganadero tras denunciar la desaparición explícita de la carne como protagonista de número de la mesa familiar paraguaya, debido a su alto precio, prohibitivo para los paraguayos comunes, según afirmó.
Buzarquis fue más allá luego de solicitar que el Estado intervenga el sector cárnico nacional a través de las instituciones correspondientes, incluido el Viceministerio de Ganadería y el Senacsa, “para ver qué es lo que realmente está ocurriendo”, sin dar detalles ni documentar sus denuncias.
El gobierno, por su lado, no ofrece reacción a la situación declarada, aunque después de la reunión de este lunes posiblemente adopte alguna medida, especialmente relacionada con el consumo familiar con la desaparición de la carne de la mesa diaria, que provoca sofocones en las amas de casa y señales de alarma de quienes históricamente han recurrido a este alimento tradicional como materia prima primordial de la alimentación.