La ciudadanía trata de diagramar ideas acerca de dónde podría estar el protagonismo de los pallets en la lucha contra el coronavirus para que Petropar justificara la «urgencia» de su compra, encima a precios de oro.
La compra sobrefacturada de agua tónica en la lucha contra el coronavirus encarada por la administración de Patricio Samudio en Petropar apenas constituye la punta del ovillo de un esquema de latrocinio en serie protagonizada por la amiga del Gobierno durante su fugaz pero millonarias veces beneficiosa presencia al frente de la petrolera estatal, de donde debió salir por la puerta de atrás tras ser acusada de delitos vinculados con la corrupción.
Un informe de gestión de la Contraloría General de la República acorrala a Samudio al señalar que ni ella ni la gerencia institucional pudieron justificar con documentos probatorios “cómo la adquisición de pallets, termómetros industriales y bidones mitigarían el contagio de la enfermedad ni su urgencia en la adquisición de los mismos, pudiendo realizarse las adquisiciones a través de los procedimientos ordinarios, de modo a garantizar las mejores opciones de compra”.
Samudio había emitido una orden de compra por la vía de la excepción de los mencionados productos, más agua y otros elementos para la lucha contra el covid, apelando a la urgencia que autoriza el sistema de adquisiciones públicas, pero con argumentos y méritos documentados.
Al invocar la urgencia impostergable, Petropar señaló la inmediatez de la provisión y la utilización de los mismos; sin embargo, casi un mes después de haber llegado los productos una gran cantidad se encontraba guardada, desvirtuando la causal de urgencia que se utilizó para comprar los insumos.
La firma favorecida con las adquisiciones fue Solumedic SA, por un valor de 359.700.000 guaraníes, que deberán ser costeadas por los contribuyentes.
De acuerdo al informe, Petropar proveyó documentos que respaldan la recepción de todos los equipos comprados, pero no se pudo constatar en planillas ni notas de remisión el respaldo de que los bienes haya sido efectivamente distribuidos a sus beneficiarios correspondientes.
Los productos adquiridos han sido escandalosamente sobrefacturados, según comprobó la Contraloría General a través de auditores que asentaron los resultados de sus investigaciones en el Informe Final publicado en su sitio virtual.
Afirma que, gooal acudir erróneamente a la compra directa, en vez de optar por la contratación ordinaria, Samudio privó a Petropar de un ahorro de G. 62.649.200.