Freddy Rojas

En un país democrático, es el pueblo el que debe gobernar porque la palabra democracia proviene del griego y la crearon los griegos de Atenas en el siglo VI antes de Cristo, y significa pueblo y poder, o el poder del pueblo.

El Presidente de la República es el que debe atender lo que el pueblo necesita y pide, y los parlamentarios, que son los diputados y senadores, como representantes del pueblo tienen que decidir en consecuencia.

Por su parte, las autoridades judiciales deben imponer la justicia para castigar a los delincuentes, injustos, corruptos y a quienes no respetan las leyes.

Si un pueblo está preparado con educación cívica y política tendrá el poder para exigir a los gobernantes para que respondan a las necesidades de la ciudadanía con proyectos de desarrollo.

En una democracia representativa, es el pueblo la prioridad, y las autoridades deben tener presente esta premisa, pero en Paraguay el pueblo no tiene -nunca ha tenido- ese poder por la falta de una educación cívica y política por lo que es sometido al poder, a los que practican la corrupción y son culpables de la pobreza, la falta de oportunidades para todos, y la injusta distribución de la riqueza.

Un refrán dice que cada pueblo tiene el gobierno que se merece, de lo cual se deduce que si los pobladores tienen capacidad y educación, las autoridades responderán positivamente a los ciudadanos. Sin embargo, si no existe esa capacidad popular para que los gobernantes desarrollen al país, tampoco existirá progreso, y la nación quedará estancada en el tiempo.

El voto es un gran poder que tiene el pueblo para buscar cambios en nuestro país, pero la población no sabe elegir por el fanatismo partidario y de esta manera no se avizoran los cambios que se esperan para mejorar la nación.

Otros venden sus votos o conciencia por una mísera suma de dinero, demostrando falta de formación cívica elemental.

Es hora de que la gente entienda el poder del voto para lograr la alternancia en el Gobierno a través del voto castigo contra los corruptos.

Todo depende del pueblo para lograr cambios que posibiliten erradicar la pobreza y mejorar el nivel de vida de un gran porcentaje de la población paraguaya.

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