“Creemos importante reflexionar sobre políticas de financiamiento bien gestionadas, y seguir pensando en el monitoreo del gasto público, apuntando a la eficiencia y garantizando que los fondos lleguen a los más desfavorecidos”, afirmó la representante del BID en Paraguay, María Florencia Attademo-Hirt.
La pandemia hace más urgente que nunca la necesidad de políticas que promuevan un financiamiento escolar, ya que la crisis económica podría generar una caída de entre el 12% y el 30% en ese financiamiento público en América Latina y el Caribe, advirtió Gregory Elacqua, economista principal de la División Educación del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Así lo expresó en la tercera edición del Ciclo de Participación y Diálogo Informado sobre Financiamiento Público de la Educación, impulsada por el Observatorio Educativo Ciudadano, con el apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Centro de Información y Recursos para el Desarrollo (CIRD) y Pacto Global.
“Financiamiento público de la educación en la región: experiencias, aprendizajes y desafíos” se denominó el conversatorio virtual, en el que la representante del BID en Paraguay, María Florencia Attademo-Hirt, apuntó que las brechas de aprendizaje entre los alumnos más ricos y los más pobres se han ampliado en un 25% (equivalente a más de 6 meses de escolaridad), a causa de la desigualdad en el acceso a las clases virtuales.
“Desde el BID creemos importante reflexionar sobre políticas de financiamiento bien gestionadas, y seguir pensando en el monitoreo del gasto público, apuntando a la eficiencia y garantizando que los fondos lleguen a los más desfavorecidos”, agregó.
Refirió que los docentes son el insumo escolar más importante para mitigar las desigualdades de aprendizaje y el insumo escolar más caro para la mayoría de los sistemas en América Latina y el Caribe.
El efecto de un buen docente es tres veces mayor para estudiantes de bajo desempeño.
“Tener buenos docentes muestra que se podría cerrar la brecha económica”, resaltó la experta del BID.