Marito expone sensibilidad ante una mujer campesina, pero en la práctica demuestra desprecio ante la población vulnerable por la falta de respuesta al clamor generalizado de priorizar la salud y dejar de robar.
Como si la pandemia se hubiera desencadenado ayer, y haciendo una lectura totalmente atrasada de la situación imperante, el presidente de la República, Mario Abdo Benítez, dijo suelto de cuerpo que su gobierno le está dando prioridad a la lucha contra el covid, en un momento donde se han llegado a picos históricos de contagios y fallecidos, y cuando el sistema público de salud desborda por la falta de insumos, medicamentos y camas, entre otras múltiples carencias.
“Vamos a seguir trabajando para mejorar el sistema de salud, tenemos programada una inversión a través de la Unión Europea de un gran hospital en Curuguaty, y así vamos a continuar dándole prioridad a esta crisis epidemiológica que tenemos”, afirmó durante un viaje a Canindeyú, donde reafirmó su compromiso de que “nuestro país siga siendo ejemplo en su política sanitaria y económica”.
Las expresiones de Marito generaron, una vez más, millares de interacciones de indignados que, a través de las redes sociales, descargaron munición gruesa contra la ineficiencia declarada del Jefe de Estado, que expone a la luz pública un supino desconocimiento de la realidad lacerante y empeora su mala imagen con declaraciones que solo instalan descreimiento y decepción.
Rodeado de aduladores, Abdo Benítez recordó que Paraguay registra la menor caída sanitaria y económica de la región, señalando índices chapuceros que pasan por alto la cantidad de habitantes con incidencia directa en la escala de promedios.
Ante un auditorio sumiso, reiteró que su gobierno “ya tomó” la decisión de priorizar y redireccionar los fondos de las binacionales para cubrir las necesidades del área sanitaria, actualmente desbordado por la alta demanda de infectados.
Añadió que está prevista la construcción de más centros de Atención Primaria de la Salud e incluso hospitales de referencia en varios puntos del país, sin mayores detalles.
Todo esto lo hubiera dicho hace un año, cuando se declaró la pandemia. Aunque es importante que asuma ahora la necesidad y el clamor poblacional por más camas, atención adecuada con medicamentos e insumos oportunos para los enfermos del covid, y una política de Estado consecuente con los carenciados, salta a la vista el hecho de que han transcurrido meses críticos en medio de la inacción de las autoridades, a pesar de contar con un presupuesto fabuloso de al menos 2.000 millones de dólares, cuyo destino se desconoce.
“No sabemos siquiera si esos hospitales van a ser construidos, porque durante todo este tiempo Marito nos viene endulzando la boca con mentiras. Mientras tanto, la cantidad de contagiados y muertos por covid aumenta, ante la rabia e impotencia de la gente”, afirmó la indignada María Soledad Candia.