Marito permanece tácito en su laberinto, mientras el país deambula sin timón en medio de un mar de tempestad, traducido en problemas acumulados que golpean a la población. Políticos oportunistas y medios amigos hacen su parte para otorgar blindaje al presidente ausente.

Lejos de la retórica exitista que, a pesar de la pandemia, presenta al Paraguay como el país de las oportunidades por la rápida recuperación económica, el país navega en aguas turbulentas y no se avizora un futuro mejor de manos del presidente Abdo Benítez, quien ha aparecido en contadas ocasiones para dar la cara ante la ciudadanía necesitada, permaneciendo escondido en su termo, apañado por políticos oportunistas y blindaje mediático.

“¿Qué pasó de Marito?, ¿Será que ya huyó a su Miami dorada dejando abandonado a su país?”, posteó este lunes un ciudadano indignado ante noticias sobre inflación, contrabando, inseguridad y un colage de infortunios que golpean impunes al país.

César David Olmedo se sumó a las críticas señalando que, mientras los problemas se suman con el paso de los días, se hace más notoria la falta de una mano firme para poner las cosas en orden, entre ellas el costo de la canasta familiar que viaja imparable por las nubes ante la inacción patológica de las instancias de control e intervención estatal.

En medio de este maremágnum social, emergen campantes políticos de variado tinte que, por acción u omisión, ofrecen blindaje redoblado a la figura de Marito, quien cada tanto sale de su estado de confort para ver el sol, y en otro escenario el pueblo al que juró servir deshoja margaritas por mejores horizontes.

La cacareada reconversión económica, a cuyo nombre se firmaron compromisos financieros internacionales por montos multimillonarios, sufre variaciones en positivo solo por la intervención del sector privado, mientras el gobierno acusa el rigor de la presión política radicalizada por intereses ideológicos que buscan, a todo trapo, instalar en este país la cultura de la perdición o, lo que es lo mismo, el paquete de recetas globales, artística pero arteramente envuelto en celofán multicolor con la trampa escondida en su interior.

El país continúa empantanado por obra y gracia de un gobierno inepto, que en vez de buscar salida rápida al aluvión de infortunios que golpea a la población, tempranamente comienza a visualizar horizontes proselitistas con vistas a las presidenciales del 2023, teniendo presente las ventajas y beneficios históricos en pugna, entre ellos la gallina de huevos de oro llamada Itaipú, que hace bailar a cualquier mono y precipita el movimiento de actores políticos que, dolorosamente, no han mostrado la cara durante toda esta pandemia, ahí donde el pueblo les necesitaba, prefiriendo permanecer calladitos en sus termos dorados en una muestra patética de deshumanización y desprecio por el rol social que les compete como personas o autoridades públicas.

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