Con la llegada del intenso calor las reservas de agua se acaban, y se inicia el eterno viacrucis para los vecinos en busca del vital líquido por lagunas o pozos sin ninguna garantía de salubridad. Mientras esto ocurre, el servicio se hace esperar más de la cuenta.
Emboscada es una pintoresca comunidad ubicada a solo 40 kilómetros de Asunción, en un recodo cordillerano con subsuelo rocoso que dificulta el acceso al agua profunda, debiendo conformarse en contadas ocasiones con el líquido de superficie obtenido de lagunas o pozos contaminados, o el agua de lluvia que en esta zona siempre se hace esperar.
Como viene ocurriendo invariablemente desde hace al menos dos décadas, la llegada del calor afecta en grado sumo a los habitantes de los barrios, que acusan la falta de agua potable.
La situación se torna más gravosa en la medida que los consumidores potenciales viven alejados del centro urbano, debido a la dificultad física que se presenta para el ingreso de carritos o motocargas cargando el recurso hídrico esencial que, por lo tanto, incrementa su costo de servicio en medio de la pobreza y la falta de recursos.
En medio de este escenario, la Municipalidad busca zanjar el drama con la próxima habilitación del servicio de agua corriente a cargo de la Essap.
En este sentido, los trabajos se encuentran en etapa de culminación luego de la instalación de los grandes tubos de conexión que parten del río Paraguay, a la altura del puerto de Arecutacuá, y en una primera etapa cubrirán la demanda de tres zonas importantes (Ysypoyú, Santo Tomás, Cerro Corá y Cachela), quedando para una segunda instancia los demás barrios y compañías, que contarán con el servicio posiblemente a partir de mediados del año que viene.
“Cada año hace más calor, y los pocos lugares de donde siempre nos surtíamos de agua se secan irremediablemente, por lo cual necesitamos con urgencia el servicio de agua antes de que la vida se torne insostenible, más aun para nuestros niños y ancianos”, comenta este jueves en su red social una pobladora del barrio Ysypoyú, tras comentar los sinsabores que la familia debe sortear cada día para tratar de conseguir el líquido vital.
En similares términos realizan disparos verbales vecinos de zonas aledañas donde el agua es artículo de lujo, ante la esperanza reverdecida de contar muy pronto con el servicio, que solucionará definitivamente este “karma” aun insalvable que se ha apoderado de la población.