El mapa del Infona revela con claridad el esquema de devastación criminal materializada impunemente por los invasores de Pindó con la bendición de la izquierda y la ceguera cómplice de autoridades y ambientalistas.
En una muestra de repudio selectivo e ideológico evaluable a simple vista, organizaciones que dicen defender el medio ambiente, y por el cual reciben caudales de recursos nacionales e internacionales según los datos, no se cansan de disparar a quemarropa municiones verbales contra productores considerados “no amigos”, a quienes acusan de depredar el medio ambiente para precipitar el calentamiento global.
“Jamás se han interesado de la depredación salvaje, irracional y criminal de sus camaradas invasores instalados desde el 2012 en la estancia Pindó, donde se han parapetado para constituirse arteramente en un falso comité de productores que, en la práctica, se dedican de forma sistemática a producir madera valiosa procedente de la reserva de bosques nativos de 4.000 hectáreas donde hoy día, según el Instituto Forestal Nacional, apenas están de pie menos de 2.000 hectáreas”, afirmó la abogada Margarita Colmán, representante jurídica de la inversión agropecuaria.
“Ni los más férreos defensores ambientales que pululan por las redes sociales se han pronunciado acerca de la muerte de millones de árboles de especies protegidas que han caído víctimas de los invasores, que no son campesinos ni agricultores, sino delincuentes organizados en gavillas sustentados por políticos de la izquierda que, abiertamente, hacen apología de la violencia sin que ningún organismo del Estado tome intervención”, alegó la profesional.
De acuerdo a datos facilitados por los propios vecinos de Pindó, diariamente salen de la propiedad privada invadida decenas de camiones de gran tonelaje cargados con madera preciosa destinada a industrias madereras ilegales esparcidas en los alrededores, sin que las autoridades tomen cartas en el asunto, especialmente aquellas encargadas, en los papeles, de cuidar los recursos naturales y establecer mecanismos de acción y prevención ante casos comprobados de delitos, como ocurre en Pindó, distrito de Yvyrarovaná, departamento de Canindeyú.
En ese lugar convertido en territorio liberado nadie que no sea considerado “amigo” puede acceder, ni siquiera la Policía.
Sí entran y salen a placer líderes políticos de la izquierda chavista, como los integrantes del Frente Guasu, que enarbolan la bandera de las invasiones como causa de los supuestos sintierra, pero pasan por alto las tierras acumuladas por los camaradas revolucionarios, entre ellos el polémico Fernando Lugo, propietario de miles de hectáreas en el Chaco que nunca ha intentado siquiera despojarse de una porción de su riqueza en favor de sus “compañeros sintierras”.