«Yo no fui, fuiste tu». El amigo de Marito siempre culpa a otros de los males del país. Ahora de nuevo emerge, pero no para anunciar mejor vida para todos con la plata de Yacyretá, sino para condicionar su adherencia a HC, pasando por alto su frondoso prontuario público y el rechazo ciudadano, menos el de sus esclavos electorales.
“Acá, el que tiene que empezar a tomar un discurso de unidad, pero en serio, es Honor Colorado, no nosotros; la soberbia que pueda existir en Honor Colorado le puede llevar a grandes dificultades”, afirmó el expresidente de la República Nicanor Duarte Frutos este lunes, luego de conocerse los resultados oficiales de la caída del oficialismo y aliados mediáticos en una jornada eleccionaria calificada de ejemplar.
Fiel a su estilo bravucón, a pesar de los 5 años de dura llanura que llevó al Partido Colorado tras entregar en bandeja el poder de la República a sus camaradas zurdos, el delfín ovetense exhibió aires de soberbia y recordó que Marito le ganó a Efraín por dos puntos porcentuales, “pero la oposición en su interna no juntó más de 600.000 votos y resulta que por Efraín en las nacionales votaron 1.200.000 personas”.
“Acá no hay que cantar victoria todavía, y Santi Peña es un hombre polarizante en el Partido Colorado y en la sociedad paraguaya, de manera que tenemos que unir al partido, pero para eso hay que hablar con sinceridad”, expresó.
En otra exhalación de prepotencia característica, hizo nuevamente referencia implícita a los ganadores cartistas -a quienes aún considera “enemigos” como durante todo su reinado en Yacyretá donde hace lo que quiere y disfruta de la impunidad- y les tiró la pelota.
“Acá nadie va a venir corriendo junto a nadie. Acá vamos a conversar cómo se va a administrar el poder y, bueno, si no quieren hablar de eso que se vayan”, disparó.
“Acá vamos a ver cómo se trabaja por la unidad; nosotros estamos para trabajar por el partido, pero que no se crean que nos van a estirar y que nosotros vamos a correr detrás de ellos, acá vamos a hablar políticamente”, insistió en lenguaje altanero y arrogante, como siempre.
Añadió que en esta ocasión se está disputando la administración del poder “y la lucha del 30 de abril será una lucha feroz; de nuestra parte vamos a hacer todo lo que sea posible para conservar el poder para el coloradismo, pero eso depende del ganador, acá hay un proyecto ganador, y vamos a ver cómo se mueven ellos, pero no se crean que van a venir solos a estirarnos como quieran y cuando quieran, demasiado grande están equivocados”, alegó Duarte Frutos, considerado el hombre más rico de Coronel Oviedo junto a su amigo opositor Enzo Cardozo, exministro del MAG acusado de rapiñar más de G. 79.000 millones del MAG, en su época de ministro luguista.
Increíblemente, Nicanor no recibió en todo este tiempo un castigo como traidor del partido, ni siquiera un reproche ejemplar, sino fue premiado por Marito con un jugoso cargo en Yacyretá, donde gana 96 millones de guaraníes mensuales, vive como un jeque árabe en una mansión versallesca de un barrio vip de Asunción rodeado de guardias pretorianos, y mantiene con la plata pública un ejército de esclavos políticos, más otro formidable ejército familiar y amigas curvilíneas con cargos y salariazos sin haber rendido examen de oposición o demostrado siquiera la mínima idoneidad o capacidad para servir al país y no solo a sus bolsillos.
“Nicadrón” -como le conoce la gente asociando el término a sus virtudes de rapiñador de fondos públicos- fue calificado de forma unánime como “escombro político” pero, antes de que este descalificativo sea motivo de inflexión para el mismo y de castigo por la justicia, le ha servido para prenderse del poder con una retórica amoldada a las circunstancias y de esa manera conservar sus beneficios monárquicos para engrosar su fortuna incalculable de origen espurio, encontrando siempre la fórmula precisa para mantener a distancia a los organismos de investigación, control y represión del vaciamiento del Estado y la corrupción.