Marihuana hasta donde alcanza la vista como producto del fracaso de la política pública que ningunea la agricultura familiar y lanza a los leones a los productores, obligándoles al cultivo ilícito de la macoña, rápido, práctico y altamente rentable.

Agentes de la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad) acompañados por fiscales y policía antinarcóticos se incautaron de 682 toneladas de cannabis adictiva en la zona de la ex estancia Brítez Cue, departamento de Canindeyú.

La devastadora cantidad de droga tiene un valor estimativo en el mercado internacional de 20,4 millones de dólares (148.450.800.000 de guaraníes al cambio actual), suma suficiente para incentivar la producción ilícita en Brítez Cue, una zona poblada por ex campesinos sin tierra beneficiados con la legalización de sus ocupaciones más un combo de ayudas y asistencias del Estado para el desarrollo del proyectado “territorio social modelo”.

En la misma medida que las predicciones de los dueños de la estancia de los Brítez, invadida violentamente luego del golpe de Estado de 1989, la práctica de la agricultura familiar como base y sustento de la financiación pública apenas se hizo visible para la foto postal, porque de hecho los pobladores desde un primer momento se dedicaron al cultivo de la marihuana, rubro de demanda creciente y altamente rentable.

De ese “territorio modelo” hoy día quedan solo los protocolos de archivo porque la ilegalidad se ha apoderado de esas tierras donde la mafia de la producción narcótica marca el ritmo de trabajo y ganancias, ante la crítica  ausencia del Estado y de uniformados que ofician de bufones de los detentadores del poder.

El informe de la Senad señala que en una primera incursión sacaron de circulación 682 toneladas de marihuana, con un lucro cesante potencial de 20,4 millones de dólares para los señores del crimen organizado.

Añade que la base de operaciones del personal de Senad, Policía Nacional y Ministerio Público es una de las estancias incautadas al Clan Insfrán, específicamente perteneciente al Centro de Convenciones Avivamiento, dirigido por el prófugo narco-pastor José Insfrán.

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