Kattya le trató de trapo sucio a la entonces fiscala general Sandra Quiñónez por «desobeceder» sus interesados pedidos de imputación. «Bandida, puerca, vendida, hija de puta, prostituida», son algunos epítetos extraídos de su deslenguado, procaz e insolente lexicografía.
Tiroteos verbales de todos los calibres resonaron este miércoles en la sala de sesión extraordinaria donde se trataba la destitución de la senadora Kattya González que resultó finalmente echada del Congreso tras un escándalo de ribetes cinematográficos que le tuvo como protagonista estelar, en la misma medida que se desenvuelve en los medios amigos donde oficia de dueña putativa y su palabra es ley.
Una de las que tirotearon contra la figura de la Kattya fue la senadora Norma Aquino, quien puso contra las cuerdas la calidad legislativa de la encuentrista, así como sus valores a la hora de mostrar las uñas.
“Ella es la misma que trataba de ‘putitas’ a todas las mujeres que alegaban ser cartistas o comulgaban con los principios del movimiento Honor Colorado. Decía de ellas que se manejaban como ‘perritas del patrón’, en una muestra increíble de menosprecio y ultraje por la dignidad de las mujeres”, apuntó.
Aquino fue más allá al recordar que la Kattya alegaba sentirse humillada en su condición de mujer por el diputado Rodrigo Gamarra, con quien mantiene una pugna abierta, e incluso le demandó al parlamentario oficialista por “violencia de género”, con la complacencia y respaldo de la claque opositora, arrodillada a los pies de quien el año pasado encabezó una violenta y perversa campaña política contra el cartismo, tirando a la basura dignidades y pisoteando derechos consagrados a la defensa.
“Todos los que no están con ella son personas raras, vendidas al cartismo, corruptas y cosas por el estilo, arrogándose ella principios, virtudes y valores solo comparados a los de una santa e impoluta mujer como Juana de Arco o la misma Teresa de Calcuta”, ironizó un senador oficialista tras sacar valor a lo que dice y hace Kattya González.
“Con una creatividad increíble extraída de libros de terror, esta mujer infamaba a boca abierta a todos sus oponentes o quienes intentaban un movimiento de cuerpo o de cintura que no encajaría con sus intereses”, recordó luego del juicio de destitución una funcionaria del Senado que alegó conocer “con pelos y mañas” el santo y seña de la Kattya.