Salvo los atuendos, esta foto se ha repetido hasta el cansancio durante el gobierno de Marito, cuando hacía turismo por el mundo con plata del pueblo y retornaba con las manos vacías. Ahora la alianza opositora y mediática hace alaridos por los viajes de Peña.
Aliados mediáticos que siguen la agenda opositora lanzan el grito al cielo por los viajes realizados por el presidente de la República, Santiago Peña, quien está de viaje por España en respuesta a una invitación especial del Gobierno, la Corona y referentes del sector privado con quienes tiene prevista cumplir una amplia agenda, entre ellas la posibilidad de captar inversiones para el Paraguay.
En sus primeros viajes al exterior como presidente, Peña retornó con importantes anuncios y, en el caso de reuniones realizadas en Estados Unidos, logró buena respuesta de congresistas con respecto a su proyecto de políticas públicas y su compromiso de respetar la democracia y el Estado de Derecho.
Uno de los primeros resultados de ese viaje presidencial fue la reciente venida del influyente senador republicano, Marco Rubio, quien se interiorizó de la situación del país y, seguramente, de la campaña de perversión y hostigamiento que, de nuevo, después de las elecciones de abril pasado cuando les fue tangencialmente inversa, llevan a cabo los dueños de grandes holdings mediáticos con la finalidad clara de imponer el librero de la oposición y el abdismo, afines a la agenda globalista.
La posición mediática aliada instalada en el presente gobierno no se compadece de la actitud asumida durante el pasado gobierno de Mario Abdo Benítez, cuando el entonces presidente de la República y esposa realizaron una treintena de viajes, que en realidad fueron aventuras turísticas por el mundo solventadas con la plata del pueblo, sin ninguna utilidad para la gente sino para “matar el ocio” del titular del Ejecutivo y hacer alarde de su actitud democrática y “lucha contra la criminalidad”, al mismo tiempo que en puertos premium de Europa caían toneladas de cocaína “made in Paraguay”.
Los aliados mediáticos no solo pasaban por alto la obligación de Marito y sus amigos de presentar informes a la vuelta de sus costosos viajes, sino lo publicaban en la crónica rosa donde destacaban el glamour, la elegancia y la soltura de la pareja, mientras la ciudadanía era sorprendida por la delincuencia y los pésimos servicios públicos.
No solo Marito presumía de turista internacional sino la mayoría de sus colaboradores, entre ellos el entonces ministro de Industria y Comercio, Luis Castiglioni, quien realizó nada menos que 16 viajes a Taiwán sin que nadie se diera cuenta de que esa autoridad pública embarcaba hacia el lejano destino cada 4 meses.