Los «comunes» unidos en franca solidaridad piden al presidente Santi que ésta sea una Semana Santa en paz, sin coimeros a la vista. La Patrulla Caminera es señalada de no ordenar ni garantizar el tránsito rutero sino concentrarse en las faltas viales para aplicar las multas.
Con discreto anuncio y sigilosos movimientos, la Patrulla Caminera comenzó el famoso “Operativo Semana Santa” que, según expresa, tiene el objetivo de asegurar el viaje de los millares de viajeros que con seguridad colmarán las rutas y carreteras del país.
De acuerdo a los datos, los agentes estarán instalados en “sitios seguros” como ser puestos de peaje o a la entrada o salida de algunas comunidades o departamentos, dando a entender que no repetirán las prácticas tradicionales de ubicarse en lugares ocultos, e incluso peligrosos, a la pesca de algún conductor desprevenido que pueda “colaborar” para zanjar su descuido en el volante, en la documentación o en el estado físico o mecánico del vehículo.
Las reacciones no se hicieron esperar.
“Para mí, no se trata de una patrulla caminera sino de viejos y astutos zorros ubicados en lugares tácticos donde, en vez de cuidar la normal circulación se dedican a extorsionar con multas inventadas”, opina Juan Ángel Muñoz.
Petronio Blaires señala en el mismo sentido que los agentes no son preparados para ordenar el tránsito y garantizar la normal circulación de vehículos en las rutas o caminos públicos, sino para organizar faltas y coimear a bulto.
“Esperamos que el gobierno de Santi no repita estos viejos vicios de la Policía Caminera, hoy mal llamada Patrulla Caminera, porque lo que menos hacen es patrullar sino recorrer en busca de clientes”, dispara Luz Marina Téllez.
Otros posteadores opinan que se trata de una práctica extendida e impunizada por los años que hará falta un reseteo profundo de la ley de seguridad en el tránsito con sanciones ejemplares para comenzar a desterrar el negocio del coimeo institucionalizado en las rutas del país.
Se sabe de la sana intención de ciertos directores anteriores de la entonces Policía Caminera de eliminar las prácticas coimeras y otros tipos de intervenciones ilegales, pero que todos ellos fracasaron ante la presión ejercida por la fraternidad coimera nacional.