Menos tereré y más trabajo en favor de la gente piden desesperados usuarios de colectivos chatarra al presidente Peña. «Ponga mano dura, confisque las basuras con ruedas y meta preso a los transportistas», reclaman los sufridos pasajeros del transporte público. (Foto: La Política Online).

Airadas reacciones precipitan en el observatorio ciudadano el anuncio de paro del servicio público de pasajeros por parte del Centro de Empresarios del Transporte del Área Metropolitana de Asunción (Cetrapam) durante los días 20, 21 y 22 próximos, en demanda del pago de subsidio atrasado por el boleto y la actualización (sinceramiento) del costo del servicio, que tiene relación directa con el precio del pasaje.

“Esta medida de fuerza unilateral, caprichosa e interesada de los dueños de las empresas tiene un solo nombre: Asociación Criminal”, dispara en la red social Agustín Villasanti, en coincidencia con expresiones críticas de centenares de usuarios del transporte público de pasajeros de Asunción y ciudades aledañas que reclaman a gritos una solución de fondo y permanente a esta situación dolorosa arrastrada de hace décadas.

“No puedo entender cómo es que un grupúsculo mal parido de millonarios pueda imponer su agenda maligna a todos los gobiernos, sin que aparezca algún alma caritativa que se apiade del pueblo sufrido que utiliza las chatarras para trasladarse a sus lugares de trabajo todos los días”, lamenta el posteador César Mallorquín.

“Me pregunto qué extraño ritual de fraternidad une a los empresarios del transporte con las autoridades nacionales que nada hacen cada vez que esos genuinos rapiñados de los bolsillos del contribuyente quieren imponer sus intereses por encima de los reclamos superlativos de buen servicio y bajo costo del pasaje de los usuarios”, retruca Regina Zárate.

Esta usuaria comenta que cada día, incluso los sábados, debe acudir al servicio de transporte público para trasladarse hasta su lugar de trabajo “al otro lado de la ciudad”, y las torturas a que está expuesta invariablemente por la mala calidad del servicio, que incluye unidades en pésimo estado, descontrol de cantidad de pasajeros alzados y, encima, maltrato de los choferes.

“En su momento, pesamos que la oposición y los medios de prensa iban a ayudarnos a develar el misterio que rodea esta transa infrahumana entre empresarios y autoridades, pero vemos que en el nuevo gobierno la cosa está igual o peor que siempre”, protesta Ada Lucía Genes.

Pedro Salustiano Servín opina lo siguiente: “Cada año es lo mismo, con los empresarios imponiendo sus intereses, los usuarios sufriendo las consecuencias y el gobierno mirando para otro lado”, tras añadir que “somos esclavos del servicio y, lo peor, no tenemos en quién confiar nuestros intereses”.

“Una muestra más de que el eslogan de ‘vamos a estar mejor’ es tan hueco y vacío de contenido si tenemos en cuenta la situación en que nuevamente nos encontramos los pasajeros en manos de transportistas que solo piensan en sus ganancias sin invertir en la calidad de sus servicios”, apunta Soledad Machuca.

“Acá lo que tiene que hacer el gobierno sin medias vueltas es aplicar mano dura, confiscar las chatarras circulantes y meter presos a los dueños de las empresas de transporte acusándoles de ladrones y estafadores”, puntualizó por su parte el indignado Amalio Peralta.

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