El Gobierno ordenó medidas de fondo para el Incan, como respuesta a los maltratos y humillaciones que reciben los pacientes con cáncer, quienes una vez más reciben promesas de mejor atención. (Foto: Diario HOY).
Largas jornadas de llanto colectivo por las condiciones infrahumanas en que se desenvuelven los pacientes aquejados de cáncer recibieron por fin la atención de las autoridades de Salud Pública, que se interiorizaron aún más de la situación humillante que enfrentan los que deberían recibir tratamiento digno pero solo obtienen migajas, maltrato, ninguneo y atropellos a sus derechos humanos.
De un porrazo, y sin medias vueltas, la ministra María Teresa Barán destituyó al director médico del Instituto del Cáncer (Incan, la institución de referencia para la atención a los enfermos de cáncer), Dr. Gustavo Campos, debido a su pésimo trabajo, y mantuvo en su cargo al director general, Dr. Raúl Doria, quien se mantiene en el ojo de la tormenta por los abusos reiterados e impunes en el trato a los pacientes.
La determinación de la ministra se dio luego de una reunión en la que participaron las más altas autoridades de Salud Pública y representantes de los enfermos, quienes desgranaron historias lacerantes que, según los datos, motivaron la sensibilidad de Barán quien determinó los cambios y ordenó reformas de fondo en el Incan, que viene sosteniendo una ola de críticas por la baja calidad de sus servicios, incluida la provisión de medicamentos que en algunos casos se han limitado a placebos, según las denuncias.
Las protestas principales que los pacientes desgranaron ante la ministra consisten en los maltratos recibidos, la falta de medicamentos, la falta de profesionales médicos, la falta de comodidades y la atención indigna, que incluye a las enfermeras y personal auxiliar desprovistos de projimidad.
“Somos tratados en algunos casos como animales, con gritos, como si el mal que cargamos encima no fuera suficiente”, lamentó a La Mira una paciente de Caaguazú identificada como Carina Rodríguez.
En términos similares se refieren al Incan decenas de pacientes que, por otro lado, celebran la intervención personal de la ministra Barán y esperan que, por fin, la institución de referencia haga bien su trabajo y atienda a los pacientes como seres humanos con derecho a la vida, la salud y el bienestar consagrados en la Constitución Nacional.