«Esta boca no es mía» es el común denominador actual en la ARP sobre la muerte del directivo Eulalio Gomes. El sugestivo silencio no ha pasado desapercibido para el observatorio ciudadano. (Foto: Diario La Nación).

Mientras sectores políticos de alto nivel exponen criterios de variado calibre sobre la controvertida muerte del poderoso empresario Eulalio Gomes, la Asociación Rural del Paraguay (ARP), entidad de referencia en la actividad ganadera nacional de la cual el también diputado de la nación era directivo histórico, se ha llamado a silencio sobre el caso, cuidándose de no emitir criterios que sí lo expone en gran destaque para defender derechos o reclamos.

Medios de prensa nacionales e internacionales interesados en conocer la opinión institucional intentan obtener la versión de la ARP, pero tanto el presidente del gremio, Daniel Prieto, como los demás integrantes del cuerpo directivo, prefieren no opinar y apelan a aguardar la versión oficial que es harto conocida.

El caso del diputado ganadero “Lalo” Gomes no es nuevo en materia de impactos traumáticos para la ARP, que arrastra una serie de casos de asociados vinculados con actividades ilegales, entre ellos el crimen organizado.

Conocidos narcotraficantes de la fauna criminal son propietarios de conocidas haciendas ganaderas que, según las evidencias, están vinculadas al lavado de dinero proveniente del narcotráfico, ante el peligro que representa dedicarse a una actividad ilegal que, por tanto, estaría fuera del sistema de gestión y control oficial de la actividad ganadera, con todo lo que ello representa para la salud animal y la reconocida calidad de la carne paraguaya, uno de los puntales de la economía nacional.

En su momento, un expresidente de la Rural había afirmado ante la prensa que la entidad no contaba con un código de ética, y que los casos públicos de denuncias o escándalos delictivos protagonizados por sus asociados eran analizados puntualmente antes de adoptarse alguna determinación o sanción, de la cual no se conocen precedentes.

“Esta boca no es mía” es el común denominador en estos momentos en la ARP, en llamativo contraste con sesudos comunicados y ruedas de prensa efectuados cada vez que algún otro tipo de evento quebranta los intereses gremiales.

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