Don Fausto Escobar expone con orgullo el fruto del esfuerzo familiar a disposición de los interesados, que podrán adquirir a bajo costo hortalizas frescas y saludables para todos los gustos.

La exuberancia de la tierra paraguaya es patente en una zona del departamento Central, donde familias enteras se dedican a obtener frutos de la finca generosa para generar ingresos genuinos y producir alimento diario de valor.

“Para mi familia no solo se trata de una fuente importante de recursos sino una práctica que se repite como ritual cada año, cuando disponemos el suelo para las plantitas que en poco tiempo se convertirán en alimento importante para gente de todas las edades”, afirma don Fausto Escobar, productor de la compañía Zambonini de la ciudad de Yaguarón, departamento de Paraguarí, unos 60 kilómetros al sur de Asunción.

Don Fausto y su esposa, Dionisia Villalba, evacuan en la huerta familiar el caudal de conocimiento en horticultura cosechado con el paso de los años.

La prueba fehaciente se puede observar a simple vista, con extensiones verdeantes que predominan a mitad del año, cuando el sector se convierte en un popurrí de colores llamativos que incluyen el rojo de la frutilla y el tomate que hacen su parte en el combo orgánico a disposición de los interesados.

La huerta de los Escobar se encuentra específicamente en un sector de Zambonini ubicado a 7 kilómetros del centro urbano de Yaguarón, sobre la ruta asfaltada que une a esta ciudad con Pirayú.

“Pueden preguntar por doña Dionisia porque somos muy conocidos por acá”, dice la productora en referencia a ocasionales clientes, quienes también pueden llamar al celular 0981-620581 para cualquier consulta sobre los productos en venta y los precios.

“En ningún otro lugar conseguirán precios más baratos”, presume doña Dionisia para atraer el interés de la gente, y en ese sentido informó que la lechuga de las variedades piratí y perlada ofertan a G. 20.000 la docena, mientras que la cebolla de hojas está a G. 5.000 el mazo grande, como también el mazo de acelga, entre otros rubros atractivos y de consumo masivo.

Un tema no menor es la falta de ayuda y acompañamiento de las instancias responsables del desarrollo de la producción familiar, según quejas de vecinos del lugar.

Debido a esta situación, muchas familias se ingenian para llevar a la práctica conocimientos empíricos heredados de anteriores generaciones de forma a sacar el mejor provecho de la tierra con elementos de valor que ofrece la misma naturaleza, como por ejemplo el abono y los materiales de apoyo.

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